HISTORIA 9, Sofiane Malki
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Título | HISTORIA 9, Sofiane Malki |
Contenido | 9
ORÁN, sickness EL ESPEJO DE UNA OTRA ESPAÑA BAJO EL MANDO DE DON MART?N DE CÓRDOBA, CONDE DE ALCAUDETE (1535-1558)
Sofiane Malki
Introducción
Es para mí un gran honor, que vivamente agradezco, el haber sido objeto por parte del comité organizador de este gran evento, de su invitación a participar a este encuentro internacional “ las Campanas de Orán”, dedicado a conmemorar el quinto centenario de la toma de la ciudad de Orán por las armas castellanas.
El contenido de la presente comunicación constituye una parte de un capítulo de mi tesis de Magíster, dedicada al estudio de la imagen de los “Argelinos” a través de algunos escritos españoles del período moderno, por eso, hemos pensado en limitar el parámetro cronológico a la primera mitad del siglo XVI, tiempo en que esta plaza perteneció a la corona española. Con la Conquista castellana de los diversos territorios del otro lado del estrecho de Gibraltar, iniciada en los años finales del siglo XV, impulsada tras la toma de Granada en 1492 y frenada por la unión entre berberiscos y turcos, en la segunda década del quinientos, abre el camino a uno de los asuntos claves de la política española en el período moderno que es : la proyección española hacia el norte de Africa.
Esta proyección nos sitúa en un mundo mediterráneo definido en esta etapa por la conflictividad y la lucha abierta entre dos poderes que son, además de dos grandes entidades políticas, dos religiones y dos formas bien diferentes de concebir la vida. En este sentido, la Berbería[1] o mejor dicho, la Berberia central, presenta principalmente los rasgos de ese choque entre ambos mundos, y eso, a partir del momento en que la presencia española se hace patente, es decir, desde la conquista de diferentes territorios norte africanos durante los últimos años del siglo XV, hasta finales del siglo XVIII(1792); Mazalquivir, conquistado en 1505, y en 1509, bajo los auspicios del Cardenal de Toledo, Fray Francisco Ximénez de Cisneros, cayó en manos cristianas la plaza de Orán, y luego el peñón de Argel, Bugia hasta llegar a Túnez, indoctrinados por la santa Fe, la cruzada religiosa, cuya base remota al testamento de Isabel la Católica[2].
En esta perspectiva, con la agitada vida en el mediterráneo de los siglos XVI y XVII, con la ocupación española de varios enclaves y puntos estratégicos en el litoral argelino, durante todo el período indicado, simboliza el inicio de un proceso colonizador de una gran envergadura en la Argelia de aquel entonces, para conocer la tierra de sus enemigos (Los Argelinos) y su historia, según Luis Del Mármol Carvajal, en el prólogo de su monumental obra, La Descripción de África:
“Siendo pues tan notorio en daño que por tener cerca a estos pueblos Africanos, nuestros vecinos y crueles enemigos, ha venido a estos reinos, y estando como están todas aquellas provincias consagradas con sangre de tantos mártires, no habemos visto quien hasta hoy haya hecho en España historia particular por la cual se pueda tener enteramente noticia dellas, ni de sus poblaciones; como quiera que es cosa muy necesaria tenerlas conosidas para la contratación de la paz si la hubiere, y para que la guerra, cuando sea menester, se haga con la ventaja que suele dar al tener sabida y reconoscida la tierra del enemigo.”[3]
En efecto, tres siglos de presencia española cargados de intercambios de toda índole, de historia común, de interferencias culturales y linguísticas de todo tipo y de un legado histórico permanente y muy vivo en nuestros seres, nos han incitado a ver en nuestro pasado para un mejor conocimiento de nuestra historia nacional, y con especial mención a una de las más importantes ciudades de aquel entonces, (Orán), sea por sus posición geográfica estratégica, o por ser considerada como un nido de piratas berberiscos y otomanos que causaron muchos daños a los pobladores de la otra orilla del Mare Nostrum[4], o simplemente por el sínfín de obras y producciones literarias e históricas que se escribieron en aquel tiempo, por parte de los europeos, especialmente los españoles,(Cautivos,soldados,literatos,militares, cronistas,viajeros, etc...) que presenciaron los grandes acontecimientos de aquella época y soñaron de pisar el suelo argelino,indoctrinados por una ideología totalmente deformada y la inquisición
Ahora bien, toda esta gama de cuestiones que nos han conmovido para rever lo que ha sido escrito por los españoles en esta época trascendental de nuestra historia, y cabe señalar que, hemos decidido centrar nuestro trabajo en un clásico de la literatura española de los siglos XVI, para Argelia en general y Orán en particular, pues, la obra que nos ha interpelado se titula : “Diálogo de las guerras de Orán”[5] , que apareció el año 1593, firmada por Baltazar de Morales; en ella, siguiendo el estilo del Diálogo de Valdés, tres personajes (Navarrete, Guzmán y Mendoza), hablan en una iglesia en Córdoba de los sucesos de 1543 en Orán (Expedición del Conde de Alcaudete, Don Martín de Córdoba, gobernador de Orán contra Tremecén y la conquista de dicha ciudad, como también, de otras salidas (Razzias), contra algunos aduares de Oraneses rebeldes[6] que no se sometieron a los españoles, hasta el famoso desastre de Mazagrán de 1558, que le arrancó la vida), esta obra, que ha pasado inmerecidamente casi desapercibida para la historiografía española sobre Argelia, presenta la particularidad de ofrecer un claro ejemplo de la influencia de los estilos renacentistas en algunas de las crónicas de tema norte africano, escritas por autores españoles del siglo XVI, y eso, más allá de la utilidad que pueda tener para el estudio del tema que nos interesa y preocupa. En ella, aparece una fuerte dualidad Turco-Musulmana / Hispano-Cristiana, una lucha sin par entre dos mundos y religiones que caracteriza todo el siglo XVI, teniendo su raíces en siglos anteriores. Sin embargo, con el abanico de los temas tratados por el autor, nuestro esfuerzo se orienta ante todo, hacia los datos que tocan directamente nuestra historia nacional, la historia del Orán en el siglo XVI, basándonos especialmente en las Razzias efectuadas por el conde de Alcaudete contra algunas tribus y aduares de la vecindad de Orán.
1- El Espejismo de una España Africana
El siglo XVI, es una sucesión de cambios dramáticos en Europa, es un tiempo de revoluciones, de desarrollo y de los grandes momentos en que se buscaba la supremacía en el Mediterráneo; unos de los hechos trascendentales de la historia de este siglo, es la rivalidad entre España y el imperio Otomano para la hegemonía en el Mare Nostrum, principalmente a lo largo de las costas del Magreb, especialmente, Argelia, que constituía uno de sus campos de batalla preferidos. El enfrentamiento cristiano/ musulmán, era el primer factor político y religioso que dominó, influjó y que se repercutó directamente en Orán, tierra Islámica, la más inmediata a España. Este enfrentamiento, guerra entre dos religiones fuertemente defendidas, implicaría la participación directa de Argelia, frente a la contínua amenaza europea, representada ante todo, por las inacabadas incursiones españolas contra el litoral argelino y su instalación en Orán y Mazalquivir a partir de 1505.
Tewfik el Madani, llama la ocupación de Orán, “Guerra de los tresientos años”, guerra que sembró Cisneros y que se finalizó la víspera del definitivo abandono y evacuación de la misma, con triunfos, desastres, victorias y derrotas. Como lo señaló Braudel también en su famosa monografía sobre el Mediterráneo y el rey prudente, cuando escribió: “Sobre el inmenso país magrebí, los españoles no ejercieron ninguna influencia considerable, el país les escapó económicamente, políticamente su sumisión fue más importante que real y en el terreno religioso permaneció irreductiblemente hostil. prisioneros entre el mar y los estados indígenas, las fortalezas españolas experimentaron desde el inicio de la conquista momentos extremadamente difíciles en lo que, con frecuencia había que luchar más contra el hambre que contra los enemigos.”[7]
El hecho del carácter restringido de la ocupación española de Orán, limitada a un parámetro solo suficiente para albergar las tropas en tiendas y fortines, con la falta y el acopio de los víveres y provisiones en armas, caballos y sueldo, va a pasar siglo tras otro sobre aquellos apeaderos españoles del doble presidio Oranés. Este acumulado de miserables situaciones vividas por los castellanos y, sus numerosos intentos de poner bajo su autoría un territorio que les escapó totalmente, llegó hasta el punto de inspirar a la corte el intento de dejación y el abandono de las plazas, como la solución menos mala al problema que sufrían las tropas españolas allí.
La discontinuidad territorial, el coste del esfuerzo, la resistencia de los argelinos, o mejor dicho, de los oraneses proclamando el Djihad, como lo diría Temimi: “Le Djihad dans le maghreb du XVI siécle, est le fruit du fanatisme et de la haine trasportés dans la lutte contre les Barbaresques”[8]. Con el santo corán como escudo a los asentamientos cristianos, todo conspiró a favor de la tesis abondonista de la plaza. No obstante, la historia argelina cobra interés más actual con los acontecimientos de las dos primeras décadas del siglo XVI, cuando los españoles movidos por los designios del cardenal Cisneros, tratan de extender y de continuar la reconquista en las orillas africanas del Mediterráneo, los éxitos primeros de los españoles eran la captura de las plazas de Mazalquivir y de Orán, por el conde pedro Navarro en 1509, y el establecimiento de una fortaleza en la isla que domina el puerto de Argel (el peñón), en 1510. Sin embargo, estas proezas pusieron a España frente a frente con el poder del turco, llamado por los argelinos, temerosos de la gran expansión cristiana en el norte de Africa, y por supuesto, lo más interesante de esta primera confrontación de las dos potencias más fuertes del siglo XVI, es que tuvo lugar en Orán y Argel, y eso, cuando el famoso corsario Aruch Barbarroja se hizo dueño de la capital Argel en 1516, con el pretexto de proteger a los argelinos y desalojar a la guarnición española del castillo situado en el peñon .[9]
Sin embargo, los grandes acontecimientos que se producen en los siglos XVI y XVII en Africa del norte, y precisamente en la Berberia central, no son los esperados por los pioneros y cultivadores de esta política, (política expansionista de España), los que confeccionaron calcando y respetando cada palabra de la reina católica. y no obstante, lo que se prometía como un gigantesco paso para la recuperación de las tierras del litoral norte africano, se queda limitado solamente en el control a duras penas de unos puntos estratégicos, o mejor dicho, a unos pequeños enclaves costeros que malviven totalmente, por la hambre de los defensores españoles, como por las agonías de los asedios y los repetidos ataques, todo esto, se repercute directamente y marca hondamente los pioneros de esta política de expansión, especialmente sobre Argelia.
2- Don Martín de Córdoba, Conde de Alcaudete (1534-1558)
Una vez conquistada la plaza de Orán, el primer Gobernador de Mazalquivir, don Diego Fernandéz de Córdoba, marqués de Comares y Alcaide de los Donceles, dejó su puesto a su hijo Luis de Córdoba, en 1512 y al final de veintidós años de mandato, éste había sido reemplazado por Don Martín de Córdoba y Velasco, Conde de Alcaudete, que tomó posesión de la plaza en 1534.
El Conde de Alcaudete representaba una de las grandes familias andaluzas, enriquecidas por las nuevas posesiones granadinas desde la conquista de 1492; Tenía, pues, cierto conocimiento de los problemas musulmanes y se atrevió a asumir el riesgo de mezclarse en los asuntos internos del reino de Tremecén. Bajo diversos pretextos, hizo una expedición victoriosa que se concluyó con la toma de la ciudad, y con ello, la influencia española se hizo sentir durante cierto tiempo en toda la región. Pero el éxito del conde de Alcaudete fue neutralizado cuatro años más tarde, con la perdida de Bugía, cuyo comandante, Don Alonso de Peralta, fue condenado a la muerte en Valladolid por su negligencia, y el impacto de la perdida de esta ciudad fue muy fuerte en España, llegando incluso a hacerse suscripciones públicas para financiar una expedición de recuperación de la ciudad, que no prosperó..
Durante su mandato, el conde mantenía una autoridad nominal sobre cierto número de tribus, gracias al terror de las expediciones “punitivas”, para proporcionar víveres a la plaza, imponiendo un tributo a las tribus vecinas, a cambio de su protección, una especie de jurisdicción en la cual el gobernador se comprometía a protegerlas contra las autoridades de Argel, de Tremecén y de Mostaganem.
Don Martín de Córdoba, era señor de la casa de Montemayor, en Andalucía y se casó con la hija de don Diego Fernandez de Córdoba, primer marqués de Comares, conquistador de Mazalquivir (1509-1518) y hermana de don Fernández de Córdoba, segundo Marques de Comares (1518-1534), Leonor de Pacheco, ha sido nombrado como gobernador de Orán, el día 4 de Junio de1534, por el emperador Carlos V, quien le autorizó a que, en sus ausencias pudiera dejar como lugarteniente a cualquier de sus hijos, Alonso, Francisco o Martín[10]; otro hijo suyo, Don Diego Fernández de Córdoba y Velasco, fue obispo de Calahorra.
Dos años después consultó el conde con el emperador acerca de la conveniencia de hacer algunas obras en la Alcazaba de Orán. Y en esta misma fecha debían hallarse cierto número de cautivos cristianos españoles en poder del rey de Tremacén, pues, el mismo emperador en una carta que dirigió al conde le hablaba del rescate que habría que estudiar para liberarles[11], intervino el conde en la desastrosa expedición del emperador contra Argel en 1541, con otros personajes de la nobleza de aquel entonces, como el duque de Alba, los condes de Feria y de Luna, don Pedro de la Cueva, general de la artillería, y otros muchos cuya relación se puede leer en Sandoval[12]; y lo más fascinante, es la participación de otro personaje ya entonces famoso: Hernán Cotrés, conquistador de Méjico; y refiriéndose al desastroso intento contra la capital de la regencia Otomana, Menédez Pidal dice: “No se trataba, pues, tanto de una guerra como de una acción punitiva contra violadores constantes del derecho de gentes, y precisamente en esa confianza en la justicia de su causa radicaría la razón del desastre”[13]
En 1535, el capitán Alfonso Martínez de Angulo, fue derrotado por los indígenas de la región de Tremecén, perdiendo sus hombres en el combate, sólo trece escaparon para llevar la mala noticia a Orán; en seguida, el Conde de Alcaudete reunió recursos en España, luego, el 27 de Mayo de 1543 marchó contra Tremecén con una fuerza de14000 hombres para saquearla, y ha sido un éxito total; luego, a su regreso al doble presidio, fue constantemente agredido; Francisco de la Cueva, quién asistió a dicha expedición al lado del Conde, hizo grandes elogios a esta proeza guerrera de don Martín en su obra títulada: “Relación de la Guerra del reino de Tremecén y subjección de la mesma ciudad en 1543”[14].
En 1550, el conde pasó a Alemania, dejando la plaza confiada a su hijo, don Martín de Córdoba, que gobernó durante cuatro años, y en 1552 cautivó a un notable caudillo turco en una razzia, a quién dio libertad, fiado en su palabra de que le pagaría el rescate, conducta caballeresca, casi siempre cumplida. Un año más tarde, preparábase Salah Reis, conquistador de Bugía, para tomar Orán, cuando la muerte le arrancó la vida, víctima de la peste que asolaba Argel en aquellos tiempos, y en 1556, los árabes y los otomanos de Argel, dirigidos por el renegado Hassán, atacaron bravamente las plazas de Orán y de Mazalquivir, con ánimo de recuperarlas, sirviéndose de 50 galeras; Don Bernardino de Mendoza, jefe de la escuadra española, disgustado ante la idea de que Don Martín se proponía quitarle el mando de la escuadra, se alejó de propósito de aquellas aguas, negando así su cooperación, y se adentró hasta Morea, quemando y saqueando aquellos lugares a turcos y griegos. El resultado fue contrario a los propósitos de don Bernardino, pues Soliman envió un correo a Orán ordenando el regreso de la escuadra, con lo que quedaron libres las plazas españolas.
Un año después, se declaraba la peste en Orán(1557), que ocasionó gran mortandad en la población civil, pues, los soldados para evitar el contagio, vivieron en la campaña cambiando frecuentemente de sitio en torno a la ciudad, y antes de que cesase la peste, don Martín salió para España confiando las plazas a su hijo del mismo nombre, en quién plenamente confiaba; los moros de Marruecos deseaban alejar sus territorios del peligro Turco, que dominaba en Tremecén, Argel, Mostagán y otras zonas, por ser la dominación turca más odiosa que la española, por ello, firmaron un tratado, que fue perfeccionado con algunas cláusulas añadidas en Orán, el Conde de Alcaudete levantó un ejército de 12000 soldados dispuestos en Cartagena para trasladarse a Orán, de donde emprenderían junto con los moros de Marruecos, sus nuevos aliados el ataque contra los turcos, pero, pronto llegó la decepción y los moros comunicaron, antes de que embarcase don Martín sus tropas, que no podían cumplir aquel año la promesa de colaboración; y así, marchó el conde con su ejército sobre Mostagán, con la idea de poner fin al avance otomano que les esperaba allí, y el 26 de Agosto de 1558, Hassán Bája, al mando del gran ejército otomano, infligió a los españoles una derrota total, que costó la vida a su jefe y la cautividad a su hijo Don Martín; obtuvo Don Alonso, del bája, el cuerpo de su padre, que recibió sepultura en la iglesia de Santo Domingo de Orán.
Baltazar de Morales, que recibió dos heridas en la defensa del fuerte de la montaña de Mazalquivir, hizo grandes elogios del Conde de Alcaudete, Don Martín de Córdoba en su obra títulada: “Diálogo de las Guerras de Orán”, 1593. Y en este mismo año, sufrió Menorca el terrible asalto del corsario Mustafá Pialí, que arrasó la ciudad de Mahón y que cautivó más de 3000 cristianos, desgracia que aún día sigue conmemorándose con un funeral anual por los caídos, en cuyo honor si erigió un monumento conmemorativo en 1858. Y después de su muerte, le sucedió su hijo en el mando del doble presidio, Don Alonso de Córdoba Fernandéz de Velasco, segundo conde de Alcaudete (1558-1564).
3- Aproximación a las Razzias españolas, durante el mando de Don Martín de Córdoba, Conde de Alcaudete.
Hemos mucho admirado la firme y valerosa actitud de los Argelinos en general, y la de los Oraneses en particular, a uno y otro lado de las plazas durante su ocupación por los castellanos, que no cejaron en ningún momento en su propósito de expulsar de su suelo a los españoles; y esta guerra de los trescientos, la que sostuvieron los españoles contra los valientes árabes, que inferiores en armamento les superaban en número y les igualaban en arrojo, las condiciones geográficas eran desfavorables a los españoles, que tenían que defender un territorio desventajoso, dominado por la montaña más elevada, en poder de los Oraneses.
En algunos de los escritos españoles de la época, se afirmaba que cuando los Oraneses dispusieran de armamento similar al de los españoles y fuesen instruidos en el arte de militar, no podría sostenerse por mucho tiempo la presencia de los españoles en Orán, y en este contexto, quisiera poner en exergo, a un sistema de subsistencía que mantenían los españoles del doble presidio (las Razzias), y que se basó en su principio en la tributación que lo moros de paz habían de pagar al ejército dominador.
Los primeros años sometidas las tierras de Tremecén por los españoles, pero pronto la presencia de los turcos arrancó de sus manos aquellos territorios, siendo tan sólo reconocida la autoridad de España en una reducida zona en torno a Orán, donde se asentaron los moros de Paz, únicos que tributaban en escasa medida contribuyendo muy escasamente al sostenimiento de las tropas. Los Moros de Paz estaban bajo la protección de los españoles, y los Moros rebeldes, o mejor dicho, los Moros de guerra, que no quisieron someterse, serían atacados y castigados. Las salidas que el ejército español efectuaba para castigar a las tribus rebeldes, se llamaban Cabalgadas, pues siempre acudían a caballo, con el fin de poder movilizarse con mayor rapidez y alejarse más. De las Razzias de don Martín de Córdoba, conde de Alcaudete, tenemos bastante informaciones históricas relativas a las dos fuerzas, La práctica de estas Cabalgadas demuestra cómo en ningún momento, se puede hablar de periodicidad constante en la organización y puesta en marcha de las mismas, años en los que pueden realizarse hasta dos y tres Cabalgadas en un mismo mes, y su práctica tiene una relación directa con los períodos de mayores problemas económicos, por causa de mayores retrasos de los envíos desde España o de peores cosechas de los Moros de paz; por esto, el número de Jornadas es más alto y eran limitadas en el tiempo y en el espacio, y el daño causado en el campo y a la población era tremendo.
Cuando algún Moro, auxiliar de los españoles, daba noticia de la presencia de algún aduar no obediente en determinada zona, el comendante general estudiaba cuidadosamente la operación, tomando toda clase de precauciones para evitar el engaño y asegurar el éxito de la empresa, que en gran parte dependía del secreto con que se realizaba; de este modo, la Jornada está establecida como vía de subsistencia para la guarnición de las plazas y lo que está seguro, es que cuando la penuria es especialmente considerable, se va a proceder a llevar a cabo una de estas Cabalgadas para intentar paliar la necesidad, y el gobernador de las plazas no va a tener prejuicios en reconocerlo. Durante la primera ocupación española de las plazas de Orán y Mazalquivir, tuvieron numerosísimas Cabalgadas, especialmente por Don Martín de Córdoba, que proporcionaron a los españoles no corto botín, caían sobre los aduares por sorpresa, se apoderaban de cuanto encontraban, rebaños, hombres, mujeres y niños, a los que hacían prisioneros, y emprendían con suma rapidez el regreso para evitar que el enemigo acudiera prontamente en ayuda de los suyos; en alguna ocasión les fueron arrebatadas las presas en su retirada a Orán, con enormes pérdidas para los españoles.
La presa alcanzada en las salidas se repartía entre los expedicionarios, reservando el quinto para el rey. Se vendían los esclavos, los ganados, enseres y ropas, y el importe se repartía según normas establecidas. Y en esta perspectiva, este tipo de empresas era considerado como una verdadera industria lucrativa, la sed del dinero, el deseo de enriquecerse, salir de sus fortificaciones, procurarse abastecimiento y víveres frescos, empujaron a los Gobernadores a organizar estas incursiones para escapar de la miserable existencia que llevaban dentro de las murallas del doble presidio, y la continuidad de estas operaciones y las consecuencias dramáticas que se desprenderían de su definitiva supresión la hacen especialmente primordial para el sobrevivir de la guarnición y la gente civil del doble presidio, y en este contexto, dice Beatriz Alonso Acero:
“ La realización de estas Jornadas solía constituir una manifestación de la victoriosa ofensiva cristiana sobre el infiel en tierra musulmana, en un mundo donde el enfrentamiento entre las dos religiones no es sino el pretexto para promover un ataque gracias al cual se abren nuevas fórmulas de subsistencia para los sectores de población del doble presidio”[15]
Conclusión
Además de América y Europa, Orán, punto estratégico en Africa del norte, va a ser el otro ámbito geográfico donde se colmen las aspiraciones de los monarcas españoles, su conquista es, además de un empresa militar y religiosa, un redescubrimiento con los musulmanes como adversarios. Los españoles eran acostumbrados y conocían a los practicantes del Islam, por esto, este reencuentro con ellos en Orán hace cinco siglos, tuvo unas características diferentes, porque los soldados españoles no eran los defensores de una fortaleza sitiada, o los encargados de recuperar para sus verdaderos poseedores unas zonas usurpadas por unos conquistadores, sino que, representaban una religión y un poder político que deseaba expandirse; todo esto, se manifiesta en los cultivadores de una literatura, que tenían la tendencia a unir la empresa española de los dos primeros siglos de la edad moderna a la reconquista de la península.
Las formas políticas y religiosas de los habitantes de las dos orillas del Mare Nostrum, son los únicos factores que amplían el abismo entre unas costas bañadas por el mismo mar, unificarlas bajo una misma cabeza como lo estaban en la época de imperio romano, era una tarea que tenían los españoles que realizar, y por supuesto, la conquista de la ciudad de Orán se justifica plenamente y se aclara más con Ferdinand Braudel cuando dice: “La barrera líquida que se levanta entre las masas continentales del mundo ibérico y la del mundo norte-Africano, no es sino, un rio que une más que separa, que hace de Africa de norte y de Iberia un solo mundo”[16].
Orán, la ciudad renombrada, roca y muralla contra las cuales se han roto las voluntades del soldado y del gobernador y se quebrantaron las esperanzans de los reyes católicos.
Bibliografía 1)Comedias y Obras Haedo, Diego de., De la Captivité a Alger. Traducción de Moliner-Voille, Typographie Adolphe Jourdan, imprimeur, Alger, 1911. - Des Martyres d’Alger, Traducción de Moliner-Voille, Typographie Adolphe Jourdan, imprimeur, Alger, 1911. Mármol Carvajal, Luis del., Historia del Rebelión y Castigo de Los Moriscos del Reino de Granada., BAE, Tomo XXI,1946, Madrid. Cervantes, Miguel de, Los Baños de Argel., Alianza Editorial,S,A., Madrid, 1998. - El Trato de Argel., Alianza Editorial,S,A., Madrid,1996. - El Gallardo Español., Alianza Editorial,S,A., Madrid,1997. -Las Novelas Ejemplares.,Editorial Juventud, Barcelona, 1958. Moráles, Baltazar de., Diálogo sobre las guerras de Orán compuesto por....,natural de la Rambla, que se halló en todas las que aquí se tratan del tiempo de los Condes de Alcaudedte tuvieron aquella tenencía.Dirigida a Martín Alonso de montemayor, Córdoba, Francisco de Cea, 1593, traducida por primera vez, por R.Francisque Michel, 1889, Orán. 2) Estudios Históricos y Críticos 1) Tesinas. Abi-Ayad.,Ahmed, Argel y Orán en la Documentación y La Literatura Espa?olas de La Época Moderna, Tésis Doctoral, Universidad de Orán, 2005. 364 fols. Malki,Nordine.,Historiografía espa?ola del sigloXVI sobre la historia de ArgeliaMármol, Haedo y Suárez, Magíster, Universidad de Orán,1987, 371 fols. Malki,Nordine., Estudio bibliográfico sobre la historia de Orán y su región bajo la dominación española(1505-1792),DEA,Universidad de Orán, 1980 1)LibrosDoncel,Sanchez.,Gregorio. Presencia de España en Orán,(1509-1792), Tolède, 1991Braudel,F., El Mediterráneo., Editorial Espasa Calpe,S,A.,Madrid, 1997. - El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en tiempos de Filipe II,Madrid, 1976. Bunes ,Ibarra, M.A., la Imagen de los Musulmanes y del norte de África en la España de los siglos XVI-XVII:Los carecteres de una hostilidad., CSIC,Instituto de Filología, Madrid,1989. Camamis, George., Estudio sobre el cautiverio en el siglo de Oro .Biblióteca Románica Hispánica, Editorial Gredos, Madrid, 1977 Morales Lezcano, Víctor., Africanismo y Orientalismo Español en el sigloXIX.,Universidad Nacional De Educación a Distancía,Madrid, 1988. Runciman, Steven., La caída de Constantinopla., Editorial Espasa Calpe,S,A.,Madrid,1998 Sola, Emilio.,Un Mediterráneo de piratas : corsarios ,renegado y cautivos. editorial Tecnos,S.A.,1988, Madrid. Sola, Emilio.y de la pe?a. José., Cervantes y La Berbería:Cervantes, mundo turco-berberisco y servicios secretos en la época de Filipe II.,, Fondo de cultura Económica, Madrid, 1995 3)Fuentes electrónicas www.archivodelafrontera.com
[1] Sola, Emilio.y de la pe?a. José, Cervantes y La Berbería:Cervantes, mundo turco-berberisco y servicios secretos en la época de Filipe II, Fondo de cultura Económica, Madrid, 1995. Berbería es el nombre con el que se designa en el siglo XVI al actual Magreb, de Tripoli por el este a la costa atlántica marroquí por el oeste, tierras de la actual Libia, Túnez, Argelia y Marruecos. “Pasar a Berbería”, era muy frecuente al referirse a los musulmanes españoles que, legal o clandestinamente, abandonaron Andalucía para emigrar al norte de África, sobre todo cuando surgió el problema morisco después de la conquista de Granada y la estancia de Cisneros en aquella ciudad, tras 1500. pero “la Berbería por excelencia”, será la “Berbería central argelina”, las tierras controladas desde la ciudad de Argel, pero la Berbería por excelencia para los españoles es el “Reino de Argel” -La Regencia de Argel de la historiografía colonial francesa- , la gran creación política de los hermanos Aruch y Jeredín Barbarroja, la que conociera Cervantes entre 1575y 1580
.
[2] El testamento de la reina católica, hecho en Medina del Campo el 12 de noviembre de 1504 se dijera:
“E ruego e mando a la princesa mi hija y al principe su marido que sean muy obedientes a los mandamientos de la santa madre Iglesia e protectores della, como son obligados; e que no cesen de la conquista de Africa e de pugñar por la fe contra los infieles”...
[3] Sola Castaño,Emilio., “El Compromiso En La Historiografía Española Clásica sobre El Magreb” en Revue des Langues, n°5, Universidad de Orán, 1985, y la obra se intitula: Descripción General de África, Granada, 1573. Riempresión facsímil del tomo I, libros primeros y segundo, Madrid,1953.Libro tercero, segundo volúmen. Biblioteca de Filosofía A, Universidad Complutense de Madrid.
[4] El Mare Nostrum, es una palabra latina, y que significa nuestro mar, “El Mediterráneo” mar lleno de historia y crisol de civilisaciones, cuyas aguas han sido siempre surcadas en todas las direcciones, este mar une, más que separa las costas de Argelia ( el Oranesado) de las tierras de España..
[5]Moráles, Baltazar de,Diálogo sobre las guerras de Orán compuesto por....,natural de la Rambla, que se halló en todas las que aquí se tratan del tiempo de los Condes de Alcaudete tuvieron aquella tenencía.Dirigida a Martín Alonso de Montemayor,Córdoba,1593.,traducida por primera vez por R.Francisque Michel,1889,Orán.Y Vease también ,De la Cueva,Francisco.,La relación de la Guerra del reino de tremecén y subjeción de la moisma cibdad, en la cual fie y es capitán general el muy ilustre sr don Martín de córdoba y de velasco,Conde de Alcaudete,señor de la casa de Montemayor.Colección de libros españoles raros o curiosos.Tomo XV,imprenta de Miguel de Ginesta,Madrid,1881,advertencia XV-XVII.
“ ...hé aquí que nuestra buena fortuna hizo que viniese á nuestro poder un ejemplar de cierto libro , rarísimo y por demás curioso, impreso en Córdoba á fines del siglo xvi , y cuya portada hemos reproducido con la exactitud más completa. El hallazgo fué agradable y oportuno bajo todos conceptos,pues que el tal libro,además de ser ampliación y complemento felicísimo de la Relación de Francisco de la Cueva, reúne á sus condiciones literarias el requisito importante, para nosotros, de que sus dimensiones permitan que ambos trabajos puedan publicarse en un solo volumen, y á mayor abundamiento lleva á su frente la aprobación del insigne cantor de la Araucana.Este libro, pues , que hoy reimprimimos , está escrito por el capitán Baltasar de Morales, titúlase Diálogo de las Guerras de Oran, y por su forma,corte y lenguaje, ya que no por el asunto , nos trae involuntariamente á la memoria el famoso Diálogo de la lengua, de autor incierto para muchos,pero que indudablemente lo escribió Juan de Valdés , Secretario de cartas latinas del emperador Carlos V, y natural de Cuenca. Pueden observarse en ambos libros, aparte la materia de que tratan , algunas semejanzas externas que en ningún modo significan imitación ni aun recíproca influencia de los autores, sino más bien análogo temperamento intelectual, ó cierta similitud de concepción y de ingenio, como sucede en el presente caso. En efecto, los interlocutores del Diálogo de la lengua ,entablan su coloquio en una casa de campo de la costa, cerca de Ñapóles, versando la discusión sobre el origen y carácter del idioma castellano. Ahora bien, los interlocutores del Diálogo de las Guerras de Oran, encuéntranse casualmente en la Iglesia Catedral de Córdoba , y para departir á sus anchas del asuntó que tanto les interesa, encamínanse á la cercana y amenísima huerta de uno de ellos, en donde pasan dos dias hablando de las hazañas de los Condes de Alcaudete y de otros ilustres caballeros.Si Valdés trata de letras, Morales habla de armas, y excusado parece encarecer el atractivo y animación indecibles que la narración de las guerras de Oran adquiere, mediante la forma suelta y variada de un ingenioso diálogo y de un estilo natural, llano y vivo, porque también Morales, como Valdés, gusta de escribir con la misma lisura y sencillez que si hablase. Al general agrado que producen la singularidad de sus noticias y la fluidez de su diálogo, agrégase el particular interés.”
[6] Estos rebeldes son los moros de guerra, al contrario de los Moros de paz que, se sometieron a los españoles desde los primeros momentos de la conquista de la plaza, pagando un tributo y contibuyendo de un modo al abastecimiento de la guarnición, sirviendoles de adalides en contra de su protección de aquellos moros de guerra.
[7] Braudel, F., “Les espagnoles et l’Afrique du nord de 1492-1577”, Revue Africaine, Tomo, XLIX. Págs 231-233.
[8] Malki, N., Historiografía española del siglo XVI sobre Historia de Argelia: mármol, Haedo y Suárez. Tesis de Magister, Universidad de Orán, 1987, pág.7. Véase también, Temimi, abdeljalil., “L’arriére plan religieux du duel hispano-ottoman sur le maghreb au 16eme siécle” in RHM, n° 10-11, Túnez, 1978, págs, 214-215.
[9] Camamis, George., Estudio sobre el cautiverio en el siglo de Oro .Biblióteca Románica Hispánica, Editorial Gredos, Madrid, 1977,pág 69.
[10] El 11 de diciembre de 1553 establicieron una concordia Don martín de Córdoba y su hijo Don Alonso, nieto cumplido.
[11] Sanchez Doncel, Gregorio,.presencia de España en Orán1509-1792, Toledo, 1991, pág,224.
[12] Menéndez pidal, Ramón,.Historia de España: La España del emperador Carlos V.Tomo XVIII, espasa-calpe,S.A, Madrid, 1966, pág,69.
[13] Op,.Cit, pág569.
[14] Malki.,N., Estudio Bilbliográfico sobre la Historia de Orán y su región bajo la dominación Española 1505-1792, universidad de Orán, 1979, págs,64-65.
[15] Alonso,Acero,Beatriz.,Orán y Mazalquivir,Una sociedad Española en la frontera de Berbería. 1589-1639,Madrid,2000,CapI,pág , 14.
[16] Braudel, F., El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en tiempo de Filipe II,Madrid, 1976, Vol, I,pág,152.
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