Verdadera Relación de todo lo que a suscedido en Arjel (1603) del cautivo Juan Ramírez, auctor teatral

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Por lo que se refiere a la biografía de Juan Ramírez conocemos algunos pocos datos, recopilados en Dicat [1], a partir de sus movimientos en el ambiente teatral sevillano ya hacia 1584, cuando se integra durante un año en la compañía de Pedro Saldaña y hacia 1587 en la compañía andaluza de Los Celosos; en 1588 firma un contrato en Valladolid como «farsante y vecino de Granada» para trabajar en la compañía de López Quirós y ese mismo año, como declaraba el autor de comedias Juan de Limos en una escritura de 29 de julio:

“Juan Ramírez, representante, está preso en la cárcel pública en razón de que no cumple cierta escritura que tenía hecha el dicho Quirós, de que andaba en su compañía, y el dicho Ramírez pretende alegar causas bastantes por donde le han de dar por libre, y yo, de ruego de don Juan Ramírez, y por quitar los pleitos, les he concertado en que yo haya de dar y dé [50 reales] al dicho Quirós, [que] lo ha tenido por bien, y por razón que yo no tengo al presente los cincuenta reales y otros tantos me debe Álvaro de Torres, representate del dicho Quirós, por escritura otorgada en Salamanca el 18 de julio, a pagar en dos meses”. [2]    

Entre 1593 y 1595 pasaría sucesivamente por las compañías teatrales de Gaspar de Porres, la de Andrés Heredia y la de Gonzalo de Alarcón. La última noticia conocida de él es una escritura fechada en Sevilla en 28 de febrero de 1600, por la que se obligaba a efectuar un pago de 2.048 reales. Así pues, entre esa fecha y el inicio del verano de 1602 se habría embarcado con su mujer y algún otro actor (¿el «desdichado Miguel Rebolledo» y «su muger con dos hijos pequeños», citados en h.1v?) para desplazarse a Mallorca tal vez, acabando sin embargo cautivo en los baños de Argel de cervantina memoria. Quién sabe si recordaría por entonces haber representado en el Corpus de Sevilla en 1592, en colaboración con Andrés de Briones, algunos autos premonitorios de su nueva condición: La redención del cautivo (o La redención de cautivos) y Las cadenas.

En cualquier caso, supo aprovechar el tiempo en cautividad para dedicarse a una labor peligrosa, pero rentable en caso de lograr su rescate, como informador del estado de las cosas de Argel. Un relato centrado en el enfrentamiento entre Argel y el vecino reino de Cuco, en la región de la Cabilia, que se demora en detallar las ejecuciones de una serie de cautivos, en especial del P.Salvador de la Cruz y del franciscano sardo Francisco Cirano, ayudante del embajador Fr.Mateo de Aguirre ante el rey de Cuco. Pero que, más allá de estos testimonios, nos abre también en modo concitado una ventana sobre el Argel multiracial y multicultural que tan importante lugar ocupaba por entonces en el corazón del Mediterráneo, como recordara Braudel [3]. En efecto, convivían allí, junto a una población estable de baldís (naturales de Argel), cabayles o bereberes de las montañas, alarbes o beduinos y moriscos de origen español (mudéjares andaluces y tagarinos catalano-aragoneses), una multitud de renegados y cautivos —unos 25.000 en algunos momentos— de todos los rincones del mundo conocido:

“Además de los de España, Italia y Francia, representados por “Flamencos, Borgoñones, Navarros, Vizcaínos, Aragoneses, Catalanes, Mallorquines, Sardos, Corzos, Sicilianos, Calabreses, Napolitanos, Romanos, Toscanos, Ginoveses, Savoyanos, Piamonteses, Lombardos y Venecianos”, hay gentes de todos los países de Europa central y del norte: “Moscovitas, Roxos, Rojalanos, Valacos, Búlgaros, Polacos, Úngaros, Bohemios, Alemanes, de Dinamarca y Noruega, Escoceses, Ingleses y Irlandeses”, y de los países balcánicos: “Esclavones, Albaneses, Boznos, Arnautes, Griegos” e, incluso pueblos de la más remota y exótica procedencia: “Abexinos del Prestejuán y Indios de las Indias de Portugal, del Brasil y de Nueva España”.[4] 

Favoreciendo de este modo una auténtica ‘algarabía’ cultural, contaminaciones y mestizajes de todo tipo, también ciertamente lingüísticos, con el empleo de ese pidgin o lengua franca que era, como señala Cervantes en el episodio del cautivo (Quijote, I,41), «una mezcla de todas las lenguas, con la cual todos nos entendemos». De ella tal vez provengan algunos términos de dudoso significado y procedencia (maimas[h.4r]; mesurar[h.5v]…) incluidos en la relación.[5]

—–[Archivo General de Simancas, Estado Leg. 192]
[h.1r]

 Joan Ramírez. Verdadera Relación de todo lo que a suscedido en Arjel desde el primer día del mes de agosto del año de 1602 hasta 22 días del mes de junio deste presente anno de 1603

  En el primer día del mes de agosto del anno 1602 se publicó en Argel la venida del padre fray Mateo de Aguirre (de la orden de Sant Francisco) y de su compañero al Cuco, que causó grande alboroto en la tierra, y luego trataron de imbiar campo contra él, aunque no se resolvieron a ello con recello no biniesse la armada y por aguardar la buelta de Morat Ar[a]ýs [6], que estava en corso, aunque siempre haziendo grandes amenassas.

A 3 se publicó la venida del sobredicho, aunque puso en confusión a todos los renegados.

A 7 del dicho mes bino un moro de allá con cartas que allevar [sic] algunos cristianos; llevó respuesta y no pudo por justas causas llevar ninguno.

A 18 partió del Cuco el padre fray Francisco sardo, compañero del sobredicho fray Mateo, para venir a escudriñar la tierra y llevarse algunos cristianos; y bino en una mula en traje de moro mercader que traýa lienç[os] con otro moro por guía y truximán, que quiere dezir lengua.

En 19 hecharon bandos de cadenas manillas [7] y que ningún cristiano caminasse de noche ni muy de mañana so pena de la vida.

A 23 prendieron un renegado, que havía venido del Cuco a una heredad de Morat Araís, y le quitaron una mula muy buena y todo lo demás que traýa y lo truxeron maniatado a la tierra.

En 24, día de Sant Bartholomeo, bolvió de corço Morat Araíz con sus 9 baxelles. Binieron muy ate-|[1v] morisados de haver visto muchas naves muy gruessas en Yviça y esto fue occasión que bolvieron más presto. Truxeron 200 cristianos, algunos de los quales tomaron en la Torre de Cope y, entre ellos, a Joan Felices y Luis Felices, regidores de Lorca; y en una nave tomaron 22 personas, entre los quales tomaron siete frayles augustinos, dos trinitarios, dos franciscos y un carmelita y algunos sacerdotes entre ellos; y, juntamente con la nave, una compañía de representantes, cuyo auctor era Joan Ramires y su mujer Ana Manrique, y al desdichado Miguel Rebolledo y a su muger con dos hijos pequeños; al qual, si Va.Sa. puede favorecerle con algunos cavalleros a él deste cautiverio, será parte para que él saque a su mujer y dos almas pequeñas (que están tan [a] pique de perderse y es como sacarlas de las penas del purgatorio por amor de Nuestro Señor); que Va.Sa., con el Sr.Obispo y el Sr.Regente y la ciudat —tan insigne, como es la de Mallorca— dél [sic], en semejante acto, pues por el zelo de venir a servirles con tan buen ánimo y boluntad está perdido él y su muger y sus hijos. Con cuya compañía se perdieron los demás hasta el dicho número, y aunque ninguno afirmava cosa çierta cerca de la armada, con todo lo de Iviça y más lo del Cuco les causava grandíssimo temor. Y entre otras cossas que truxeron de pressa fue un crusifixo muy devoto, de medida de dos palmos y medio, que quitaron a un fraile de la Trinidat, y lo colgaron haziendo grande escarnio dél a la puerta de la mar caveça abaxo, causando grande lástima y |[2r] dolor en las almas cristianas, con el qual portal tienen juntamente una figura de bulto de Sant Joan colgada cabeça abaxo, la qual quitaron a las galeras del duque de Florencia, que no puede ser mirado de ojos fieles sin excessivo dolor.

A los 21 bino nueba que la galeota de Mallorca con dos fragatas avía venido al Cuco con municiones y luego determinaron fuesse Morat Araís a ella con 7 baxelles; y esta venida de la galeota fue segunda vez.

A 26 llegó a la ciudat el sobredicho renegado con el cristiano de la heredat de Morat Araís y le dieron tormento y confessó venía remitido a un jardinero portugués llamado Francisco, cautivo de un moravito llamado Bendaut. Fueron luego por éll y, al cabo de haverle dado 200 palos en las plantas de los pies y ciento en la barriga y 200 a las espaldas confessó que el padre Salvador de la Cruz, sacerdote portugués, era el cavo de todos [los] negocios y que havía otros cómplices. Luego le<s> sacaron del baño del rey adonde estava, dándole mil rempuxones en el cuerpo, y le dieron tormento toda la noche sin jamás confessar palabra. Luego, por lo que confessó el sobredicho Francisco, prendieron a un mestre Paulo genovés y a otro, que entre ellos se fueron descubriendo con los tormentos, aunque el padre siempre estuvo constante.

A 27 los llevaron por la mañana a la marina y a bista de los vaxelles se confessaron todos en pie con el dicho padre|[2v] y luego la Duana, que es su torpe consejo, con Morat Araís y el Baxá y más de 500 da-baxis y baluco-baxis [8], los sentenciaron a muerte, yendo todos muy maltratados del bulgo, dándoles muchas bofetadas y tirándoles piedras y arrancándoles las barbas, y en particular el padre Salvador de la Cruz, que iva hecho un arojo de sangre, que maestre Paulo, arriba dicho, que era cilurgiano [9], lo empalaron, y a Francisco de Bendaut con él, y a otros cristianos de Mamí portugués, y al renegado que bino de allá, que mataron, y a otro enganxaron, que es metelles un garfio en el cuerpo y dexallos colgados, donde suelen bivir dos o tres días hablando hasta que mueren. Y al renegado sentenciaron porque dixo que en viniendo la armada avía de matar judíos, y assí uno dellos le acusó. También empalaron a un Bernardo genovés, tavernero, y nunca se supo la occasión, aunque ellos no la han menester para hazello. El padre, viendo executada esta crueldad, dixo que si le perdonavan la vida que daría una carta que tenía del Cuco; prometieron de concederle lo que pedía y bolviéronle en casa del Baxá, en donde mostró una carta del padre fray Matheo en que no tratava más [que] de negocios de libertad de cristianos. Y diziéndole por qué no la havía mostrado primero que fuera condenado, pues no era cosa de trayción, y dixo que por no ser compellido (como necessariamente havía de ser) y dezir por qué manos y consentimiento|[3r] le havía de ser dada, pero que, pues ellos eran muertos y no podía<n> dañar a nadie, que él la mostrava, pero que quisiera poder rescatar aquellas vidas a costa de la suya, pues eran tan sin culpa, como muchas vezes se lo avían acusado antes que muriessen, y si avía alguna culpa que éll la tenía en quanto a ellos, pero en quanto a Dios, que esperava el premio de haver deseado tanto el ensalzamiento de la santa fee católica, y libertad de cristianos y reductión de renegados, y que diera de muy buena gana mil vidas si mil tuviera porque siguieran los effectos que él tanto desseava. Con esto se ensendieron en saña de manera que luego le mandaron llevar al lugar diputado, aviéndole dicho primero un moro llamado Alý Isquierdo natural de Segorve estas palabras: «Siempre os tuve por un bellaco alborotador digno de más cruel y temprana muerte» (aunque este moro en el reyno de Valencia es tenido por hombre de bien entre los moriscos del dicho reyno y se cartean con él). Con esto, a palos y bofetadas lo llevaron adonde estavan los demás, unos muertos y otros penando, y le quemaron vivo apartando un poco el fuego de él para major pena, y no teniendo arta lleña, un inglés|[3v] dio dinero para comprar más leña y él propio la atisava y encendía, muriendo con una constancia de fee grandíssima, poniendo los ojos al cielo, encomendándose a Dios con muchas veras y a su Santíssima Madre, hasta que su bendita alma salió del cuerpo para hir a gosar de la eterna vida, y fue de tal suerte que un turco dixo: «La muerte deste hombre me ha puesto tan particular affición a la fee cathólica, que no será mucho morir yo en ella, porque no alçar los ojos, no ablar palabra, sino en resando con tanta compostura, cosa es que causa admiración y ha de causar a quien conosció su vida passada, quán exemplar y caritativa fue, quán provechosa para las almas y quán necessaria para el remedio de los necessitados, pues éll siempre andava por remediarlos». El fin <en> suyo fue dichosísimo, pues, como testificó don Francisco Sentell <y> arsidiano de Alcudia, cautivo con quien se confessava, dos días antes havía hecho una confessión general reselándose ya de lo que fue, y aquella mañana havía —como solía— celebrado con mucha devoción missa, y más que por mucho que se diga de sus virtudes se quedara siempre corto, y esta relación <no> lo es solo desta actión|[4r] (dexaremos que otros lo digan con major estilo y más copiosamente). La noche antes que se executase la dicha crueldad durmió dentro de la tierra el padre sardo y se havía detenido unos días a unas heredades y como vio malo el negocio se fue y lle<g>vó de las maimas [?] 40 cristianos, y ninguno de la tierra por el alboroto della.

29 salió Morat Ar[a]ís a la buelta de Cuco en busca de la galeota y fra[ga]tas, donde estuvieron muchos días en una cala aguardando. Y estando en esta cala, que es tierra, vinieron algunos moros a traerles bastimiento, entre los quales vino un moro que se dixo que era hombre principal. Lo qual, sabido por el rey Cuco, les quitó las vidas, y de allí adelante no vino naydie, y haziendo muchos fuegos y señales, porque si venía algún vaxell de tierra de cristianos que se bolviesse, porque en esta occassión y todas las demás a provado honradamente el rey Cuco <y> esto, muy fiel y de la parte del de España nuestro Señor.

A 31 comensaron a esc[ud]rinar el campo para [ir] assí sobre el dicho Cuco, y juntamente hizieron parte de la pressa de los cristianos en un patio grande de una casa en la qual, en presencia de los cristianos hizieron una gran sofra, que en España llamamos banquete, donde comieron a su costumbre con unos queros o badanas negras que po-|[4v] nen en el suelo, arrededor dellos muchos turcos sentados en el suelo, por a[ho]rrar de messa alta y sillas, y comieron. Y después de haver comido delante de los cristianos (los quales eran la major lástima del mundo de velles sentados en aquell patio, unos desnudos del todo, solo cubiertas sus vergüeñas con algunos pañetes, otros en camissa, otros medio vestidos, causando gran lástima, y majormente las pobres mujeres, medio desnudas, sin tocas en las cabeças y con criaturas en los braços, llorando las madres amargamente de verse en semejante acto); y después de haver comido, alçando aquellas badanas o queros, les hechavan las sobras de la comida, pedaços de pan y güessos y otras sobras, arrojándoselo todo, como quien lo arrojava a los perros.

 —Setiembre.

A 13 de setiembre bolvió Morat Arraís del Cuco sin aver echo effecto más que haver descubierto el ánimo de los moros, inclinados a darse a España y procurando a ellos mucho mal, y los que antes truxeron bastimiento a Morat Arraís más lo hizieron de miedo que de boluntad, por ser marítimos; pero con todo fueron muy bien castigados del rey Cuco; y no solos los bassallos del Cuco, pero todos los demás moros de la Berbería|[5r] <y> están de una opinión. Y tenga Va.Sa. por cierto y verdad que si aora llegaran a esta tierra 40 galeras se tomara con gran facilidad sin pérdida de venite [sic] vidas, porque no ay en la tierra sino niños y mujeres y biejos, porque todo el poder de Argel está sobre el Cuco, el qual será impossible de ganar, aunque venga toda la Torquía contra él, si no es por trayción de los suyos, la qual no arán mientras estén con esperanças de la Regia Armada, y esto lo savemos cierto los cristianos de Argel.

 —Octubre.

A 20 de octubre, después de muchos pleytos entre ellos, salió el campo, en el qual iva número de 6 mil personas, los 2 mil jeníseros arcabuseros y los demás de a pie y a cavallo. Iva el Baxá por general y con él los dos alcaydes, Amuda y Ramedán, y llevaron moros con hachas de partir lleña para destruyrles de aseytuna y higo, en que consiste su major sustento.

 —Noviembre.

A los 18 de nouiembre truxeron 70 cabeças y dos banderas de la jente de los cassares comarcanos del Cuco y los passearon por la tierra, puestas las cabeças en unos palos altos, y a los cristianos que hallavan les quitavan las gorras de la cabeça y las ponían en las muertas cabeças, ensima dellas unas cruses motejándoles de cristianos, haziéndolos llevar a los cristianos y a los moros de aquella nación; y con grande regosigo las pusieron todas las demás como se verá en el progresso desta|[5v] relación.

En 24 del dicho, vino nueba cómo, por trayción de los moros del dicho Cuco, avían cautibado al padre sardo, biniéndose a embarcar para passar a España con cartas para su Magestad y para el duque de Lerma, y en su deffensa murieron algunos moros de los que le acompañavan, y dellos truxeron 19 cabeças y a lo 30 los pusieron en la<s> sobredicha puerta con gran regosijo.

Año 1603

—Henero.

A 5 de henero, biendo el campo el poco fruto que hazían en la impressa a que avían salido, determinó bolverse, como lo puso en execución, bolviendo muchos menos de los que havían salido, que a 6 començó a entrar (y cierto que acertó, porque si se tardara más, con los malos tiempos de fríos y nieves, bolvieran pocos). Y aunque los moros eran muchos, no son pláticos en la guerra ni tienen las armas neccessarias, aunque es verdad que delante muchos dellos dixo el padre sardo que si los soldados españoles estuvieran allá no bolviera la cabeça dellos. Truxeron al dicho padre medio muerto de frío y hambre, solamente con unos pañetes, descalço, con una gran cadena al pescueço y unas espossas en las manos, y lo encerraron dentro la propria del Baxá.

A 8 se hechó un bando rigurosso que se desiziessen todas las isglesias y no se dixesse missa so pena de la vida. Mandaron que el mesurar [sic], que es la justicia, visitasse todos los baños|[6r] y que rompiessen todos los imágenes que se hallavan, aunque los cristianos procuravan esconder algunos; y, aunque en otro tiempo se han hechado otros bandos, ninguno se guardó tanto ni a durado tanto como éste, porque aun ahora, que es fin de mayo, se dizen muy pocas missas y éstas con gran secreto.

A 20 pusieron por las esquinas de la ciudad retratado al rey Cuco con una gorra y una cruz, y a un lado a su Magestad y al otro a fray Mateo de Aguirre, y abaxo un letrero en arábigo que dezía: «este es el rey don García y rey del figo», haziendo grande escarnio y burla de todos tres.

A 22 partió una nave inglesa a la buelta de Constantinobla y embarcaron en ella algunos embaxadores a dar quenta de lo que por acá passava a su gran señor, y aun propusieron de imbiar al padre sardo, aunque el Baxá no lo consentió, porque desían lo havía hecho costar en 3 mil ducados de rescate, y por esto a los 24 se hizo aduana grande sobre lo que se havía de hazer del dicho padre, y a los 25 se resolvieron desollarle bivo. Y el Baxá dizen que dava a la aduana dos mil escudos porque no hiziessen justi<c>cia dél, pero no aprovechó y assí, con grande crueldad, cumplieron su mal desseo, aunque el Baxá lo deffendió lo que pudo. Pero no aprovechó, y assí lo sacaron fuera de Babasón [10] llevándole por|[6v] la calle major, y era tanta la multitud de moros, turcos y judíos que havía que no se podía passar por la calle; unos escupiéndole en la cara, otros dándole rempuxones, y yo vide por mis ojos proprios que los judíos le davan de bofetadas y, en llegando donde se haze semejante justicia, un griego renegado lo desolló bivo, començando por la caveça y abaxando a los brasos, y él, como un cordero manso, diziendo las letanías, invocando el patrocinio de los sanctos. Y en llegando al ombligo dio su bendita alma al que lo crió, con el nombre de Sant Pablo en la boca, cuya milagrosa commemoración aquel día se celebrava en nuestra cathólica Iglesia, y algunos cristianos devotos guardaron algunos güesos de los que sobraron a los perros por reliquias, y el pellejo lleno de paja pusieron en cruz encima de la dicha puerta, en donde está oy en día pidiendo vengança, buelta la llave cathólica al cielo, pues no desesperan las esperanças de enmienda en esta canalla. El mismo día dieron 100 palos a un clérigo valenciano llamado mosén Navarro, porque havía dicho missa.

[Cambia escritura:] Estuvieron a pique de quemallo de que uvo sospecha en el banyo de su patrón Morat Arraís.

A los 30 del dicho mes se huyeron al Cuco muchos cristianos y luego vino un negro criado del rey para llevar otros, entre los quales llevó un fray Francisco sardo del orden de Sant Francisco, y consiguientemente algunos otros, hasta|[7r] número de veynteocho poco más o menos, de todas naciones, los quales llegaron a salvamento, hasta que conosido por los turcos començaron a hazer diligencias, de manera que a 10 de março bolvieron quatro, que después se huyeron y les cortaron las orejas y aun parte de las quixadas, y otros que se huýan. Truxeron un renegado florentín, lo qual venía por guía dellos, el qual havía algunos años que era casado en la tierra del rey Cuco, haviendo huído de aquí, y juntamente dos moros cabayles.

En 16 enpalaron los dos moros; en 17 enganxaron el renegado; en 18 rompieron piernas y brassos a un sardo que havía venido del Cuco por cristianos, que dezían era cristiano, y bivió después seys días passando grandes tormentos, no solo de los golpes, sino del agua y granizo que caýa de noche y de día (spetáculo de admiración). Aunque fue al tormento como cristiano, después dizen se pervirtió y murió moro (aunque no stá averiguado, solo Dios lo save). También ahorcaron otro moro de calidad, porque le atribuyeron se carteava con el Cuco. De donde con estas rebueltas no se supieron más nuebas ni huyeron más cristianos, los quales en la venida de la primavera estavan con grandes speranças de la venida de la Real Armada hasta que, a los 13 de abril, vino una sa<y>etía de Balencia con seys hombres; con ella dos esclavones [11], el uno llamado Juan Tasso, que suele otras vezes venir aquí. Alborotóse la tierra diziendo venían con enganyo y a tomar lengua de lo que por acá passava, pero luego se desenganyaron y el descontento bolvieron en alegría, que dixeron resueltamente que no havía rastro de armada,|[7v] puesto que el año passado la havía avido; y dixeron que, si la avía o se averiguava averla, que ellos lo querían pagar con sus caveças. Con esto fue grande el contento de los turcos y mayor el descontento de los cristianos de verse caýdos de tan grande speraa después de haver padesido tantos trabajos por esta occasión. Y fue de suerte que los cautivos levantiscos y renegados, que estavan con las proprias esperanças, blasfemavan y, por otra parte, hazían burla porque diziendo el mismo Juan Tasso que venía por salvoconducto para la limosna de la merçed, y dezían los turcos: «Bien haze España de embiarnos tributo, porque no le vamos a hazer mal, pues con este dinero armaremos los baxelles para traher más cristianos cautivos».

A 27 del dicho tuvo la Duana grande riña con el Baxá, diziéndole que era traydor y otras palabras affrentosas, y que era cristiano, y esto era porque les diera pólvora, no la teniendo; y de [enojo] arrojó el turbante en el suelo. En fin se consertaron de que ellos la darían de lo que tenían para deffença de la tierra y que él depositasse el dinero para comprar la primera que allassen. Al día seguiente sacaron los pavellones del campo y sallió el Baxá y estuvo fuera de Babassón una milla, hasta los 8 de maio, que acabó de sallir el dicho campo, que fueron tres mil genízaros y mil moros de la tierra y mil tagarinos, que son moriscos de Españya,|[8r] y 500 baldís [12] y otra gente, que affirman llegar al número de 10.000, con la que havía de sallir de fuera de la tierra y con el alcayde Assán y otros presidios de Contastina y otros. Con ellos fue un inglés tuerto, artillero, que en la Torre de Cope hizo ciertas ollas de fuego las quales fueron parte<s> [para] tomarla, y quando tomaron al Padre de la Cruz fue el que dio el dinero para lenya.

A 9 bino una fragata [de] corso con trenta cristianos de Catalunya, Valencia y otras partes, que no truxeron nueva alguna de importancia.

A 18 truxeron 15 caveças de moros y las hazieron llevar a cristianos del modo que arriva dicho es; luego, en salliendo el campo, hecharon bandos que todos los cristianos fuessen encadenados y anduviessen de dos en dos en cadena, y se rapassen la barba y cabello, y que no anduviesen de manyana ni tarde, ni el biernes, que es el día de su sala, saliessen en todo el día. Y mientras están en su sala ponen los judíos de guarda a la puerta de los baños. En este tiempo ban y bienen baxellos cargados de biscocho para provisión del campo, y en una galera que binió de Bena el sobredicho padre de Roma (el qual embió|[8v] al Baxá vestido de francés a Tabarca, porque aquí le querían quemar), en que avisava que los ingleses havían tomado un bassel [que] avía en Tabarca con doze mil escudos para él y otros cautivos, aun estava assegurado en término de 3 meses.

A <19>|[9r] 19 bino nueba cómo los turcos del campo se havían amotinado por mandar los soldados particulares, y dieron garrote a ocho dellos y se huyeron más de ciento y treynta, y entre ellos se huyó al Cuco un cristiano del Baxá, esclavo suyo, y se llevó el mejor cavallo que tenía y fue vestido a la turquesca.

A 28 vino nueba cómo havían tomado una forteleza que se llama Tamagote, la qual está vesina a la marina, y allaron en ella tres esmeriles y alguna pólvora y cuerda y manteca y otros bastimientos. Moros pocos murieron, porque tuvieron lugar de escaparse. Dízese que los cogieron por trayción, que de otra suerte era impossible; y vendió la dicha forteleza un moro que dizen que es el que haze la seña quando viene alguna fragata de Hespaña, y tiene noticia de que han de benir en breves días fragatas de Mallorca; y el moro ha de hazer la seña acostumbrada para que los turcos [los cojan]. Y aunque esta fuerça está tomada, hase muy poco al caso mientras no tomaren al Cuco, lo qual es impossible. Aunque es malo haver tomado esta fuerça, porque —como digo— está a la marina y assí no habrá lugar para hazer escala los baxeles que vengan de allá, si no es con difficultad, y es necessario acudir a otra parte, porque en la dicha forteleza hay guarnición de turcos, de los quales murieron veynte ó treynta al repartir la pólvora, y otros quedaron medio quemados, que se dize no escapará ninguno dellos.

A 29, día del Corpus, se hisieron grandes alegrías en la tierra, disparando muchas pieças y ayudando a ello los vaxeles ingleses y françeses que havía en el puerto, y poniendo muchas banderas y gallardetes por la vitoria, y lo que más es de sentir, diziendo|[9v] que España se acaba y nunca ha hecho cosa buena y otras palabras tan infames como ellos son, y menospreciando los cristianos españoles y escupiéndolos a la cara y tirándoles los muchachos piedras y arrancándoles las barbas, tanto que algunos renegados sienten esto mucho, pero dissimulan por no ponerse a riesgo de perder la vida.

A 30 vino orden del campo para que se partiessen los baxeles que quisiessen a tierra de cristianos y todo porque lleven nuebas de su bitoria.

A 31 entró una fregata con nueve cautivos cristianos, que dixeron haver cautivados en el campo de Tarragona, los quales, tomando lengua dellos, dixeron que no sabían nada de armada, y assí esta tierra está descuydada de que no la hay, aunque algunos disen que el campo que está sobre el Cuco se quiere bolver.

 —Junio

El primero de junio bino una nave inglesa que havía partido de aquí a veinte y ocho de mayo, y truxo tres baxeles [que] havían salido de diferentes partes, uno cargado de sal, otro de pez y el tercero de tablas, para que se vea el buen recado de nuestra navegación, que en una sola nave y bien pequeña en tan breve tiempo haser todo esto.

A 2 bino nueba del campo que havían fortificado a Tamagote y por ahý querían passar al Cuco, y entre otras nuebas que dieron fue una historia que havía succedido en persona infiel, no paresse muy differente de la de <la> sancta Judit. Ésta contaré como me fue|[10r] referida de personas fidedignas y de moros y turcos, remetiéndome a la verdad. Entre otras pressas que hisieron en el dicho Tamagot fue una donzella cabayla, que ansí llaman los moros de aquella parte, la qual, por ser hermosíssima, fue comprada por un baluco ba[—]i en cien sultaníes, y que como en la tienda donde estava no pudiesse poner en exequción su mala intención, por la mucha gente que allí havía, la sacó a un bosque vezino donde cumplió su apetito y de cansado se quedó dormido. La valerosa moça, con el despecho de verse deshonrrada y cautiva, con ánimo varonil sacó la espada del dicho turco y depresso lo degolló y, vestida con sus vestidos y armas, se fue por caminos della bien sabidos al Cuco. En este día mudaron las llaves de las puertas de la ciudat con recelo de alguna trayción.

12 de junio partieron dos saetías francesas cargadas de cal, para fortificar más la fuerça de Tamagot, y tinajas para agua, por si se bieren cercados.

A 16 bino nueba del campo de los turcos de una muy desastrada suerte, que por serlo tanto fue increýble, hasta que al mismo día bino la comprobación della; de la qual se hizo tanta fiesta por los turcos quanto disgusto recibieron los christianos y moros, y aun algunos turcos, y della pienso haser particular relación, por ser tan lastimosa que han de proceder diferentes effetos, cuyo tenor es el que se sigue.

A 14 deste llegaron quatro fragatas de la Isla de Mallorca al ordinario puerto donde solían acudir en término dél, en las quales,|[10v] por orden de Su Magestad, venía don Hernando Çanoguera, Vissorrey de dicha isla, cuya persona acompañaron muchos cavalleros della, entre los quales fueron George Sureda, Juan Bautista Berard, un tal Englada, Miguel Bivot y Ventura Domenech, el Comendador Fortuny del hábito de S.Juan y otros, fray Matheo de Aguirre y un companero que recibió en dicha çiudad. Llegados pues, immediatamente fueron descubiertos y, llamado por algunos moros sujetos a los turcos (a los quales, después de tomada la dicha fortalesa de Tamagot, que está a la marina, dexaron en guardia, por tener noticia çierta de la venida de dichas quatro fregatas), entre los quales Judas no faltó un justo que, por entre matas y por señas, les dio aviso de su perdición. Si lo advertieran o no lo tuvieran por loco o, por mejor dezir, no se perdiera desconfiado el dicho padre fray Matheo, el qual, venido el día, insistió a salir a tierra y aun a que saliesse dicho Visorrey (porque havía conoscido uno de los moros que estava en dicha fortaleza), el qual no quizo meter pies en tierra hasta tanto que biniesse el rey para que vinían los recaudos de su Magestad, que no le valió poco. Bisto la qual determinación, se resolvió dicho padre Matheo salir a tierra, en siguimiento del qual salieron los cavalleros ya dichos y toda la gente de las dichas fragatas,|[11r] [cambia escritura:] quedando las otras dos siempre a largo. Donde por dichos moros traydores fueron bien recibidos con la ordinaria cortesía que solían otras veçes, lo que fue anzuelo para tan funesto fin, trayéndoles bacas y carneros para refresco de la gente que se ocupó en dicho menester. Y, preguntándoles la causa por qué su Alteza o alcayde de dicha fortaleza no baxaba, respondieron que por tener azedio de los turcos con grande campo y porque fortificaron a Tamagot le era imposible. Por quanto mandó le traxessen cavallos para yr a besalle las manos, por cuyo mandado fueron, pero no donde les mandava, sino a dicho campo, donde relataron lo susodicho y la pressa que tenían entre las manos, y, por no perder tan buena ocasión, assieron de sus caballos embiando caballos proprios del Baxá y una manga de escopeteros turcos, sin muchos moros de sus súbditos, usando y baliéndose de una traza no mala para su propósito, y fue que, por tener noticia —y aunque no averiguada— que de España se esperava armada en favor de su rey del Cuco, y dieron orden que no se mostrasse ningún turco, porque por esta vía entendiesen los christianos ser trayción hecha por los cabayles sujetos a dicho rey o por él, y que, sabida en España si ubiera lo que pretendían, quedaran ellos libres de lo que tanto se temen y de lo que confío les ha de venir, plaçiendo a su divina Magestad. Mientras dieron estas nuebas al campo y pusieron en orden la gente y recados neçesarios para tal successo, guisaron tan amarga comida, pues fue toda azíbar, y entre tanto|[11v] acudieron muchos moros con algunas cosas que vender, en que se ocuparon confiados en la seguridad que otras veçes [fue] dada por su Alteza (el qual lo ha sentido en el estremo que se dirá) y, bueltos a las fragatas, comieron la última comida algunos dellos y luego se desenbarcó la ropa dellos, muy contra la voluntad del Visorrey que, como tan soldado y plático en cosas de guerra y inspirado por Dios, hizo alguna resistençia, hasta tanto que dicho fray Matheo, con su buen çelo y entrañas suaves (de que en esta ocasión fuera bien no balerse), lo [con]vençió, de manera que, con ser persona a cuyo cargo venía todo encomendado, dio orden y modo se sacase en tierra, y en este medio llegaron los moros con los cavallos de dicho campo y mucha zelada de los turcos. Descuydados della, se puso a cavallo dicho padre, llevándole por la rienda algunos moros, uno de los quales se llegó a él al oýdo y le dixo la trayción que avía urdida, de lo qual se procurase guardar. Lo qual, con cierta cautela, quizo volber atrás, aunque no le valió porque ya le uvieron tomado el mar y, dado una lançada a fray Matheo, començaron a lançear a los demás, que, vista la trayción, aunque sin armas, retirándose procuraron deffenderse. [Lo] que les fue concedido a pocos que nadando se escaparon con el favor que los que quedaron en las dos fragatas les hiçieron por orden del dicho Visorrey. El qual mandó no dexar las escopetas de las manos, que no causó poca ruyna a los moros, pues murieron algunos. El número de los quales no se sabe, por ser bieja costumbre entre turcos no dezir ni pregonar cosas|[12r] que fiçieren en su daño, y por el consiguiente son muy amigos de las cosas en su favor aumentallas, dando a entender mucho más de lo que es. Por lo qual no se a podido averigar quién ni quántos han sido los cristianos muertos y, aunque han sido differentes los paresçeres, lo más çierto es que si llegan a 45 no pasan. Entre los quales, dizen que buscaron con grandes veras la cabeça del padre fray Matheo y no fueron parte de allarlo, [lo] que ha dado sospecha de su vida. No sé si será çierto (plegue a Dios sea ansí la hallaran, ya que no pudieron vivo muerto), le hiçieron tantos martirios que se estremeçiera el çielo y fuera muy gran terror por el notable odio que le tienen, ansí por ser frayle o por pa[pa]z (en su lenguaje), como por promovedor desta tan justa guerra, cuyo fin quiera Dios sea [el] que la christiandad pide y es razón, por exaltaçión de la fe que tan poco guardan estos infieles. Visto el qual suceso por dicho Vissorrey y que la multitud de tantos moros era imposible resistir, mandó hazerse a largo y, como tan soldado, puestos los ojos en el riesgo que podía suceder dando armas al enemigo, ya que no fuesse para perseguilles en aquella ocasión pudieran en muchas otras, mandó hechar a fondo las dos fragatas, cuya gente que en ellas quedó, aunque poca, se hechó a nado y la rescivió dicho Visorrey con gusto, puesto le tenía poco por el mal acuerdo tenido tan a costa de los muertos.|[12v]

A 17 del dicho truxeron un cristiano llamado Antonio Gilabert, marinero de las dichas fragatas y por gran suerte, aunque no escapó de esclavo, escapó de la muerte en la forma siguiente. Con la seguridad ya dicha saltó en tierra y se fue a una fuente muy çerca de donde suçedió tal desastre; llegado a la qual hechó de ver que los carneros estavan en poder de tan crueles carniçeros; procuró huýr y no pudo con tanta facilidad que no fuesse descubierto, y dadas tres lançadas, con las quales se hechó a nado, llamando [a] algunos de las fragatas que ya yvan de huýda; ninguna de las quales pudo bolver <porque>. Vístose tan afligido, se hechó a una de las barcas hechadas a fondo, en la qual, con su industria, fue peregrinando tres días con sus noches hasta tanto que pasaron quatro londras o barcas de tráfago, que benían de Bona hasta [la] çiudad y, vista la fragata (que pensaron ser de cosarios), para deffenderse dellos <quales> o offendelles, por no ser más de una, se pusieron en armas hasta que, llegados çerca, se hechó a ellos para que le rescibiessen. Y, aunque lo hiçieron, fue con tanto rigor y tratándole mal (de muerte de que se libró) y, en vez de curalle tres lançadas no curadas en tres días y maltratadas de agua y sangre, <y> le dieron tantos pescoçones|[13r] coçes, y bofetones hasta ponelle los pies sobre el pescueço para ahogallo, y lo hicieran con todo effeto si no le guardaran para que diesse relaçión de su venida y el discurso de todo lo demás a esta Duana, la qual le dio por esclavo del Baxá.|[13v]

<A cuyo baño>|[14r] [cambia escritura:] A cuyo baño le llevaron aquella noche, donde se está curando. Dicho día entraron las caveças de los muertos y las llevaron a casa del Baxá, donde estava dicho Antonio, al qual mandaron baxar de donde estava y que mirasse las que conocería dellas; alguna que no fue possible por estar ya disfiguradas, por haver quatro días que eran muertos y arrastrados, y de allí les mandaron dar la buelta a la ciudad hasta sacalles della y, por estar tan hediondas, las dexaron en los sacos en que las traýan y las llevaron arrastrando por toda ella, causando tanta compassión y lástima a los cristianos que redundó aun para los moros, por el vituperio y pregones que ivan dando publicando por traydores a quien por mucha fidelidad perdió la vida.

A 20 del dicho año bino Agi Alý Isquierdo del campo, conoscido del reyno de Vallençia, a lo que no se sabe más de que truxo çiertas cartas de su Magestad y moros que están en España para el rey de Cuco, según se dize dándoles esperansas de socorro, que se le daría con brevedad (con lo demás que aquí dezeamos), de que no gustaron mucho los que tanto le aboreçen. Las quales se mandaron leer en público en su mesquita mayor, donde acuden los grandes y alcaydes desta ciudad, aunque son pocos, para encareçer su negoçio y dar a entender la justa guerra que havían emprendido contra el rey del Cuco y sus bassallos. Con [lo] que dello a resultado no se save.

A 21 del dicho se mandó pregonar, a pena de la vida, bolviessen al campo todos los turcos que dél se havían venido, porque bolviendo pensavan acometer la montanya donde estava dicho rey, con pensamiento de morir o vençer (quiera Dios sea lo primero).

A 22 partió la galeota de Alý Arraez para Tutuán, cargada de muchas mercançías, assí de moros como de judíos, en que ellos van.

Todo es, sumariamente, lo que ha passado en esta tierra desde el primer día de agosto del año de 1602, hasta veynte dos días del mes de junio deste año de 1603. Plega a Dios y a su bendita madre quieran dar vitoria a los príncipes cristianos contra estos enemigos de la santa fe catolica y levantar|[14v] en el lugar de las medias lunas el estandarte de la santa vera cruz. Va.Sa. crea este criado suyo, que siempre y al punto que entré en esta tierra tuve ánimo y intención de dar relación de lo que en esta tierra ha passado, como consta en la sobredicha. Va.Sa.perdone la pobresa de mi ingenio (que si se ha estendido a relatar lo susodicho a sido con el ánimo solo de dirigirlo a Va.Sa.), la qual fuera firmado de hombres muy fidedignos, sino que nadie querió ponerse en el riesgo que este su humilde criado de Va.Sa. se a puesto en semejante ocasión.

 [Rubricado:] Joan Ramírez.


[1] DICAT.Diccionario biográfico de actores del teatro clásico español, dir.T.Ferrer Valls, Kassel, Reichenberger, 2008, 1 DVD (vid.“Juan Ramírez”), con indicación de las siguientes fuentes bio-bibliográficas: José Sánchez Arjona, Noticias referentes a los anales del teatro en Sevilla desde Lope de Rueda hasta fines del siglo XVII, Sevilla, Imprenta de E.Rasco, 1898, pp.82,169-70; Hugo A.Rennert, The Spanish Stage in the Time of Lope de Vega, Nueva York, The Hispanic Society of America, 1909, p.566; Francisco Rodríguez Marín, «Nuevas aportaciones para la historia del histrionismo español en los siglos xvi y xvii», Boletín de la Real Academia Española, 1 (1914), pp.60-66,171-182 y 321-349 (ref.en p.173); Celestino López Martínez, Teatros y comediantes sevillanos del siglo XVI, Sevilla, Imprenta Provincial, 1940, pp.29-31; Jean Sentaurens, Séville et le théâtre.De la fin du Moyen Âge à la fin du XVIIIe siècle, Burdeos, Presses Universitaires, 1984, p.1258; Luis Fernández Martínez, Comediantes, esclavos y moriscos en Valladolid. Siglos XVI y XVII, Valladolid, Universidad de Valladolid-Caja de Ahorros y Monte Piedad de Salamanca, 1988, pp.46,55; Piedad Bolaños Donoso, «Pedro Saldaña, Diego de Vega y el corral de ‘Las Atarazanas’ de Sevilla», en En torno al teatro del Siglo de Oro. Actas de las jornadas IX-X celebradas en Almería, eds.H.Castellón, A.de la Granja y A.Serrano, Almería, Instituto de Estudios Almerienses-Diputación de Almería, 1995 pp. 63-69 (ref.en p.68); Anastasio Rojo Vega, Fiestas y comedias en Valladolid. Siglos XVI-XVII, Valladolid, Ayuntamiento de Valladolid, 1999, pp.278,336,356,378.

[2] L. Fernández Martínez, Comediantes… cit., p.27.

[3] Fernand Braudel, La Méditerranée et le monde méditerranéen à l’époque de Philippe II, Paris, Armand Colin, 1949; C.Rodríguez Joulia Saint-Cyr, Felipe III y el rey de Cuco, Madrid, CSIC.Instituto de Estudios Africanos, 1954, pp.83-94, edita una transcripción no siempre fiel de la relación de Juan Ramírez, junto a otros documentos coetáneos sobre este ámbito mediterráneo.

[4] George Camamis, Estudios sobre el cautiverio en el Siglo de Oro, Madrid, Gredos, 1977, pp.81-82, cita a su vez referencias de la Topografía e historia general de Argel, de Diego de Haedo.

[5] Criterios de edición: modernizo puntuación, acentuación, uso de mayúsculas y minúsculas, así como de u/v con valor vocálico y consonántico. En cursiva se indican, desarrolladas y modernizadas, las abreviaciones (q>que; Xno>cristiano; dho>dicho; de la +>de la cruz…) y las aglutinaciones comunes entre preposición, artículo o relativo+sustantivo, verbo, artículo (dun>de un, ques>que es, quel>que el, layuda>la ayuda…); también la tilde nasal sobre vocal (ordē>orden) y las erratas grafemáticas más evidentes (E fin>El fin; levaron>llevaron). Se conservan en cambio las contracciones entre preposición ‘de’ con demostrativo o pronombre perso­nal (deste, dellos, dél…). También en cursiva se indican los términos no castellanos (da-baxis, baluco-baxis…).Entre corchetes se reponen grafemas (Mo­rat Ar[a]ys) y elementos morfosintácticos elididos (tan [a] pique de), además del cambio de paginación (|[4]); entre paréntesis angulares se señalan las erratas evidentes por añadidos innecesarios (el fin<en>suyo). Por lo demás, el texto se transcribe fielmente con todas sus vacilaciones ortográficas, útiles, por ejemplo, para verificar las interferencias lingüísticas con el catalán de los diferentes copistas (ciudat,éll,manyana, lleña, Españya, cilurgiano).

[6] Morat Arraís o Morato Raez es nombre recurrente de raìs o arráez, patrón de naves corsarias.

[7] Esposar con cadenas.

[8] Grados intermedios del ejército.

[9] Catal. cirurgià: cirujano.

[10] Babazón y Babaluete eran las dos puertas de la ciudad de Argel.

[11] Cautivos de origen eslavo o norditálico.

[12] Naturales de la ciudad de Argel.