HISTORIA 10, Ismet Terki-Hassaine

HISTORIA 10, Ismet Terki-Hassaine

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LIBERACIÓN DE ORÁN Y MARZALQUIVIR: FRUTO DE UNA LARGA LUCHA Y DIFÍCILES NEGOCIACIONES HISPANO-ARGELINAS (1732-1792)

Ismet  Terki-Hassaine

 

 

         Partiendo de la idea del historiador español  M. Conrotte que afirma rotundamente que “entre las innumerables ciudades que han estado sujetas al dominio de España, case pocas habrán ocasionado tantos cuidados y desvelos a su gobierno como la plaza de Orán”, view  mi modesta contribución en este encuentro consiste en  dar una nueva luz sobre la política seguida por la nueva dinastía borbónica  con respecto a las dos plazas de Orán y Marzalquivir, health procurando mostrar que estas plazas  no fueron abandonadas por razones del terremoto de Orán de octubre de 1790– como suele afirmarse – sino tras un largo proceso de lucha y difíciles negociaciones  conla Regencia de Argel, iniciados desde el momento en que éstas fueron reconquistadas por España en 1732 hasta su liberación en 1792.

     Yo quisiera señalar que esta nueva aproximación histórica es el fruto de una parte de mis investigaciones  – para la preparación de mi tesis doctoral  – enla Secciónde Estado del Archivo Histórico Nacional de Madrid,

      Pero antes de abordar este tema, me ha parecido imprescindible dar un breve vistazo retrospectivo sobre la producción historiográfica relativa a estas posesiones españolas durante la época otomana.

 

1. PRODUCCIÓN HISTORIOGRÁFICA SOBRE ORÁN:

        1.1 Producción historiográfica francesa

      A primera vista, los estudios franceses ocupan un lugar preferente dentro de esta producción historiográfica. En efecto la historia de Orán ha sido objeto de numerosos estudios generales y monográficos. Los más destacados son los de J. Cazenave”[1], el General Didier, Leon Fey[2], A. Berbrugger, M. Bodin[3], C.Kehl[4], y Robert Richard[5], publicados principalmente en el B.S.G.O. (Boletín de la Sociedad de Geografía de Orán) y la Revue Africaine. Casi todos estos estudios han sido realizados durante el periodo de la colonización francesa en Argelia (1830-1962), enfocados desde una perspectiva colonialista, cuya temática gira generalmente en torno al sistema de “la ocupación restringida” adoptado por España en el Norte de África y esto en todos sus aspectos militares, y administrativos.

 

      1.2 Producción historiográfica española :

       En segunda posición vienen los estudios españoles, pero son muy escasos si los comparamos a la producción historiográfica  relativa a Marruecos, en relación a Ceuta y Melilla. Los más destacados que dedicaron algunas páginas a la historia de Orán son los de M. Conrotte, T. García Figueras y J. M. Areilza, F. M. Castiella, Enrique Arques Fernández, León Galindo y Vera, E. Alonso y Sanjurjo , C. Ximénez de Sandoval[6] y Francisco de Zavala[7] que consideramos como una aportación complementaria a la historiografía francesa enfocada también desde una perspectiva colonialista. En efecto, casi todos se muestran  partidarios de una política expansionista de España en África, reprochando al conde de Floridablanca su política pacifista, que cerró definitivamente la puerta a una lógica presencia española en Argelia, hasta el punto de reivindicar la posesión del oranesado durante los primeros años de la  conquista francesa.

      Afortunadamente, hoy día disponemos de valiosos trabajos monográficos  o generales  con cierto rigor científico sobre la presencia de los españoles en Orán, basados esencialmente sobre fuentes manuscritas conservadas en los principales fondos de los archivos españoles, como por ejemplo los de M.A.Bunes Ibarra, B.Alonso Acero, J.B.Vilar, M.de Epalza, E.Sola[8], Eloy Martín Corrales  y Sánchez Doncel[9].  Aprovecho esta oportunidad para rendirles un gran homenaje por sus grandes aportaciones a la historia de las relaciones hispano-argelinas.

 

      1.3 producción historiográfica argelina:

      En cuanto a la producción historiográfica argelina relativa a Orán de los siglos XVI-XVIII es escasísima. El primer historiador argelino que tuvo la iniciativa de dedicar un capítulo entero a la cuestión de Orán y Mazalquivir es  A.T. El Madani[10]. Ahora disponemos de algunos estudios monográficos de Ch..El Mehdí, Y.Bouaziz , y M.Ghanem[11]  basados sobre algunas fuentes árabes locales, pero son insuficientes para darnos una idea precisa y exhaustiva de las relaciones entre Orán español y el resto del beylik del Oeste

      Así pues, conscientes de este déficit de la producción historiográfica sobre este tema en particular, así como, y de una manera general, sobre la historia de las relaciones hispano-argelinas, nuestro Departamento de Español de la Universidadde Orán orientó a partir del año 1977 sus investigaciones hacia las fuentes manuscritas  y bibliográficas conservadas en la BibliotecaNacionalde Madrid y en los principales fondos de los archivos españoles estos fondos, y esto gracias a la iniciativa personal de nuestro profesor Emilio Sola que dieron lugar a valiosos trabajos estudios no sólo al nivel del postgrado [12], sino también  en  varios proyectos de investigación[13].  

 

 2.  PERÍODO DE HOSTILIDADES (1732- 1785):

  2.1   Reconquista española de 1732 y sus consecuencias:

       Aunque el centro de atención de la nueva dinastía borbónica se situó en Italia y en su imperio americano, la recuperación de  0rán y Marzalquivir por los argelinos entre 1708 y 1732, después de dos siglos de ocupación española, seguía  siendo un recuerdo amargo para las autoridades españolas. Su reconquista suponía para el rey Felipe V, atajar la soberbia y la amenaza de los corsarios argelinos en la costa meridional de la península ibérica. Así pues, en el mes de junio de1732, movilizó este monarca una gran expedición dirigida por el capitán general Montemar (compuesta por 28.000 hombres, 3.000 caballos, 51 buques de guerra, 500 navíos de transporte.), que terminó por una gran victoria de las tropas españolas: en sólo tres días   – el 28, 29 y 30 de junio, las dos plazas de Orán y de Marzalquivir cayeron en manos de los españoles. Un mes después el capitán general Montemar, se reembarcó con su ejército para España, confiando el mando al primer comandante general D. Álvaro de Navíosorio, marqués de Santa Cruz de Mercenado, con diez batallones.

        Mucho debió ensoberbecer este suceso a la opinión pública española. Esta victoria de los españoles fue celebrada mucho en España. Se escribieron numerosas “Relaciones”, composiciones poéticas y dramáticas que expresaban el entusiasmo popular. En Madrid, se hicieron  grandes fiestas de las que se conservaron algunos romanceros populares [14]

        Por otra parte, era evidente que esta reconquista afectase profundamente el ánimo de la población argelina. Harto lo ha experimentado el Bey Buchlagaham que ya no le quedaba más arbitrio que intentar de recuperarlas mediante acciones sangrientas, llevadas a cabo por voluntarios o musabilin de los aduares de la región, en coordinación con otro contingente auxiliar de los turcos de Argel que se juntó a ellos, pero ningún resultado positivo[15].

 

    2.2 Reorganización del sistema de defensa :

        Frente a esta situación el gobierno español determinó reorganizar su sistema de defensa, confiando la comandancia general de las dos plazas a D. José Vallejo. Durante casi cuatro años (1734-1738) se ocupó con mucho afán de su organización interior, adoptando importantes medidas para asegurar el abastecimiento de las poblaciones, y fortalecer mejor el sistema de defensa de las dos plazas,  con la construcción de nuevas fortificaciones, las de San Carlos, San Luís, San Pedro, Santa Bárbara y las Cortaduras, provistas de lo necesario al alojamiento de las respectivas guarniciones y reformas en otras.

        Los gobernadores que sucedieron en esta comandancia, continuaron las obras emprendidas por él, tanto en lo militar, en cuanto a las fortificaciones y perfeccionamiento de algunas fortalezas  como en  lo civil y administrativo. Otras medidas fueron tomadas para sistematizar un servicio de vigilancia exterior, rechazar cualquier tipo de ataques exteriores, proteger el ganado de la plaza por los “moros de paz” que apacentaban en las cercanías, y también evitar deserciones de los soldados y presidiarios.  Se estableció igualmente un sistema de señales en el Castillo de Santa Cruz que sirviera para noticiar las novedades del campo y la presencia de los buques a la vista.

 

2.3 Nuevas disposiciones con los “Moros de paz” :

            Otras disposiciones fueron tomadas en el año 1738, con respecto al retorno e instalación 111 familias musulmanas en Orán – que se trasladó a España en el año 1708. A este propósito, conviene señalar que a instancia de la corte de Madrid, se dieron órdenes para alejarles de Orán y trasladarlos – incluso las  21 familias de las parcialidades de Uled Zayer y Uled Ali –  en sus antiguos lugares, inmediatos a la plaza, de Yfni , Cristel y Canastel bajo la protección de España, porque se considera que · esos “moros de paz” eran “más perjudiciales que útiles en Orán”, por su “vida miserable y asquerosidad el verles en las calles para los Cristianos jóvenes que van a ver por curiosidad, por las imprudencias de lo que pasa en sus casamientos y bailes; por su religión y su ley que no les prohíbe la poligamia; por los oficiales y soldados que hallan en las moras inaudita disposición; y por otros excesos.” [16]  A los varones de estas familias se les concedió el derecho a servir en la nueva “compañía de mogataces”, que tenía como función propia la policía del campo fronterizo, para facilitar ensanches y proteger sus huertas, fincas y ganados, contra los intentos de sorpresa de los “moros de guerra[17]

 

     2.4 Nuevas disposiciones con los refugiados políticos argelinos:   

       Para estimular disensiones entre los aduares de los “Moros de guerra” y las autoridades turcas o entre los beyes y el poder central, los gobernadores tuvieron instrucciones precisas para no rehusar ayudas, en unos casos de desesperanza o casos extremos, a los que buscaban protección o asilo político en la plaza de Orán, o apoyo logístico para enfrentarse a las tropas turcas[18]. Disponemos de noticias facilitadas por los gobernadores de Orán sobre el caso de  beyes de Máscara y de algunos  jeques  de parcialidades árabes que solicitaron asilo político en la plaza de Orán durante el periodo indicado.[19]

       Como por ejemplo fue el caso del bey Sidi Ahmed Musarati, que consiguió secretamente, en 1742, el seguro del comandante general Alejandro de la Mottepara ser admitido en la plaza de Orán, y también del bey Hasán, en 1760, que se refugió con su familia, llevando con él su equipaje, una cantidad de dinero de 150.000 duros y alhajas. Recibió de D. Juan Martín Zermeño la mejor acogida y custodia en Orán; y luego, según su deseo, y en virtud de una Real Orden del Rey Carlos III, se embarcó con su familia y sus cosas en un buque de la Real Armadapara Cartagena, de donde pasó a Nápoles y luego a Constantinopla[20]. Años después, fue nombrado por el sultán otomano  capitán general de las fuerzas navales turcas. Por reconocimiento de estos favores, contribuyó mucho en el acercamiento hispano-turco, para la firma del tratado de paz de 1782, y también para la paz entre Argel y Madrid, en los años 1782-1784.

 

 2.5  Instauración  de un estado de inseguridad permanente:

         Si nos referimos a la correspondencia e informes de los gobernadores españoles del período de hostilidades (1732-1785) veremos que las plazas de Orán y Marzalquivir no conocieron momentos de tranquilidad y de paz con el campo, había casi siempre incursiones de los “Moros de guerra”, emboscadas, aparición de vez en cuando en el horizonte del campamento del bey de Máscara para atacarlas. En realidad, se trata de una plaza que se encontraba en una constante alarma, encerrada en la cintura de sus castillos, con una imposibilidad de expansión interior y exterior. Ha sido siempre un motivo  constante de preocupación de la Corte de Madrid, en cuanto al planteamiento frecuente de la valorización exacta de estas dos plazas. La presencia de los regimientos de Vitoria y Aragón en Orán en los primeros años de la reconquista permitió a la guarnición rehacerse y alejar más o menos a las tropas del bey, haciéndolas levantar un estrecho bloqueo, pero no de una manera continua. Para evitar nuevas incursiones argelinas, algunos capitanes  generales tomaron la iniciativa de organizar unas expediciones de castigo o “razzias”, fuera del recinto. Pero que no fue la buena solución, porque algunas de ellas terminaron con muchas bajas por ambas partes[21] y otras fracasaron como fue el caso por ejemplo de la de 21 de noviembre de 1732, en que perecieron el capitán general, varios coroneles y muchos soldados, o sea una pérdida de 1.500 muertos y tantos heridos[22] o la de septiembre de 1740, que tuvo lugar cerca de Río Salado o El Malah – bajo el gobierno del teniente general D. José Basilio de Aramburu- y que fue fatal para las tropas españolas (muchos muertos, heridos y 102  cautivos)[23].  

       Efectivamente,  esta situación desoladora obligó al gobierno español a tomar medidas drásticas para prohibir  acciones militares o correrías fuera de este recinto, ordenándoles que se atuvieran estrechamente al encargo de conservar las plazas encomendadas a su cuidado. Se decidió su aislamiento completo por mar y por tierra. Se prohibieron las siembras, salvo en la reducida extensión que permitiera quedar defendidas desde las murallas, y se acordó no exponer la vida de un solo hombre en salidas al campo. Sólo se permitía pastorear los rebaños en un paraje, conocido por Celada de Gómez

 

2.6 Polémica entre abandonistas y conservadores o canje de Orán por Gibraltar:

      Tampoco era la buena solución. Frente a esta situación aparecieron tres tendencias: una abandonista, otra conservadora y otra a favor de un canje con el Peñón de Gibraltar.

       2.61  Tendencia abandonista:

Conviene señalar que muchos fueron los que resueltamente aconsejaron el abandono de estas plazas, por creer funesta su conservación, prevaleciendo, como en los siglos XVI y XVII, de que era irrealizable el consolidar ninguna conquista en el interior. Esta tendencia abandonista consideraba la inutilidad de mantener una guerra perpetua y pasiva en Orán contra los argelinos sin conseguir el menor provecho de ella desde su reconquista en 1732, considerando que era mucho más perjudicial en cuanto a los gastos del Real Erario, pérdidas humanas y deserciones de los soldados. Hay quien compara estas plazas a unas “plantas parásitas del árbol más absoluto y floreciente que es España”, ilustrando sus argumentos al citar la tesis de Miguel de Cervantes que predicaba el abandono de todos los presidios españoles en África, a raíz de la pérdida de la Goleta y su fuerte por España, y que dice: “Para muchos les pareció, y así me pareció a mí que fue particular gracia y merced que el cielo hizo a España en permitir que se asolase aquella oficina y capa de maldades, y aquella gomia o esponja, polilla de la infinidad de dinero que allí sin provecho se gastaban sin servir de otra cosa que de conservar la memoria de haberla ganado”[24]

         Además de esto, estos abandonistas creían que España no adoptó ningún sistema bien definido y constante, encaminado a consolidar los fundamentos de la amistad y alianza con los autóctonos, y que era el objeto privilegiado que debía buscarse, prescindiendo o despreciando sus veleidades[25].

      En el siglo XVIII, las primeras ideas abandonistas fueron divulgadas por el comandante general José Vallejo, en los primeros años inmediatos a la reconquista de 1732. Este general, por su profundo conocimiento y su perfecta visión del tema y por los datos precisos que aportaba, planteó por primera vez y de una manera decisiva la cuestión del abandono. Pensaba que su conservación era un mal negocio. Hizo estas recomendaciones al rey Felipe V, en el año 1738, en sus “Reflexiones sobre la conquista y costosa conservación de la plaza de Orán”, poniendo de manifiesto, la gran pérdida de hombres y los gastos extraordinarios de la Real Hacienda para el armamento, ejecución de la reconquista y manutención de las tropas y restauración de sus fortificaciones que inútilmente se han empezado y no concluido”[26].  Para el caso de no decidirse el abandono total, opinaba se conservase sólo Mazalquivir; pero no de hacerse así, sería bueno procurar ganarse a las tribus por el interés, sin exigir los tributos ni gabelas, y permitir francamente la libertad de su religión.

       2.6.2  Tendencia conservadora:

      A partir de 1770, la polémica se había agudizado entre las dos tendencias abandonistas y conservadoras, ya principalmente bajo el mando del mariscal de campo D. Eugenio de Alvarado Hurtado Saavedra y Martínez de Lerma, llamado el marqués de Tabalosos (1770-1774). Este hombre de gran cultura dejó varios escritos. Los más importantes “La Historia de Orán del marqués de Tabalosos” y la “Revista general de Orán, sus plazas, castillos, minas y fuertes, con el gobierno político, militar y económico y los Discursos políticos y militares sobre el antiguo y moderno problema de si Orán y Mazalquivir son útiles o perjudiciales a la Monarquía de España”[27], en los cuales se muestra partidario de su conservación, apoyándose sobre un lógico sentimiento patriótico, con un trasfondo de impotencia, mezclado con un sentimiento tradicional de un pasado difuso y una visión difusa del porvenir de las referidas plazas. Exageraba, en su opinión, los males de dejarlas a los enemigos, sosteniendo la ilusión de llevar a efecto más adelante la totalidad de un plan dominador. Aunque en ellas persistieran los que estaban a favor de su abandono, por los gastos que exigían su manutención, y de la frecuencia con que era preciso acudir a auxiliarlas, este gobernador procuraba conservarlas a todo trance.   

     2.6.3 Propuesta de canje con Gibraltar:

        Todo esto quiere decir que la cuestión de Orán y Marzalquivir envenenaba la vida de los políticos de la Ilustraciónespañola. Para deshacerse de este espinoso asunto, el conde Floridablanca llegó hasta el punto de proponer  – en sus negociaciones hispano-inglesas de París de 1782 – , de canjearlas con el peñón de Gibraltar, haciendo ver al Primer ministro británico las ventajas del puerto de Marzalquivir para la estación de sus armadas y “las ventajas que podría adquirir el comercio inglés en todo el continente africano por medio de un establecimiento y factoría en Orán,[28]. Desgraciadamente, este ministro se mostró poco inclinado a esta propuesta por ser una plaza costosa, arriesgada y expuesta constantemente a las hostilidades de los argelinos –

 

 3) PERIODO DE PAZ (1785-1792):   

    3.1 Artículo XX relativo a Oran del Tratado de paz de 1786 y sus dificultades:

         Ya en las primeras negociaciones de paz hispano-argelinas, de 15 y 16 de junio de 1785, el gobierno de Argel exigió la restitución de dichas plazas. Exigencia que sorprendió por supuesto al representante de la corte de Madrid, José de Mazarredo. Todos los pasos  dados para conseguir una paz global donde  Orán y Marzalquivir están incluídas, fracasaron ante la exigencia del dey Mohammed Otmán Pajá. Finalmente, ambas partes se fijaron en el mantenimiento del estatuto quo por vía terrestre, cuyo artículo preliminar estipulaba lo siguiente: “En el comercio y paz general que se establece entre España y Argel se exceptúa Orán que ha de quedar y subsistir en los términos que está, y que de su puerto no podrá abrigarse corsarios argelinos ni otro algún buque argelino”[29].  Era evidente que tal artículo fuera rotundamente rechazado por el rey Carlos III y su Primer Secretario de Estado el conde de Floridablanca, considerando que era imposible establecer “una paz parcial o a medias exceptuando la parte de Orán[30].

       El segundo viaje de J. de Mazarredo a Argel que tenía el objeto de convencer de nuevo al dey sobre la necesidad de establecer un paz global[31], o la creación  de una zona neutral, entre Orán y el resto del país, con el fin de impedir incursiones o ataques por sorpresa de los argelinos, era inútil, porque se considera en Argel que no se puede discutir lo convenido y concluido anteriormente”[32].Tampoco, el  nombramiento del Conde de Expilly  como nuevo enviado de la Corte de España  acertó en sus gestiones  posteriores para elaborar un artículo específico y claro sobre Orán y Marzalquivir que pudiera satisfacer a ambas partes[33].   

         Ante tales aspiraciones totalmente opuestas,  se restauró  un clima de seguridad en la región. Mientras los dos gobiernos estaban negociando el resto de los artículos del Tratado de paz, se produjeron algunos incidentes fronterizos que demostraban hasta qué punto era imposible vivir en paz, con unas plazas sometidas todavía a un bloqueo y a unas amenazas constantes de las tribus hostiles. Una viva protesta del gobierno de Madrid haciendo ver otra vez al Dey “la necesidad y conveniencia recíproca de incluir a Orán en la paz general”[34], no hizo cambiar la actitud de Argel.

       A pesar de todo,  el  conde de Floridablanca seguía perseverando para conseguir por lo menos  un artículo XX que estipulase “que entre el campo y la plaza jamás haya la menor disputa ni disgusto”[35]. A este propósito dio nuevas instrucciones al conde de Expilly. Pero si nos referimos a su correspondencia de los años 1785-1787, notaremos que este enviado adoptó una actitud extraña en Argel, buscando cualquier pretexto para evitar de abordar este asunto con las autoridades argelinas[36]. Así pues,  como lo veremos más adelante, se firmó en Argel el Tratado de paz el14 de junio de 1786,  sin que haya estipulado en el referido artículo tales insinuaciones 

 

3.3 Discrepancias en el  artículo XX del Tratado de paz:

       A principios del mes de febrero de 1787, Expilly vuelve por cuarta vez a  Argel para entregar las gratificaciones y regalos a los miembros de la Regenciade Argel e instalar en esta ciudad al Primer Cónsul General de España, M. de las  Heras. También llevaba con él otras instrucciones de la corte de Madrid, para negociar con el bey  Mohammed El Kebir el establecimiento de una convención que tiene por objeto de fijar los límites de las fronteras de ambas partes,  repatriar  a los “Moros de paz”,  restituir a los pasados de Orán, abrir un mercado a los moros  fronterizos para introducir en la plaza “el ganado vacuno y lanar, trigo, cebada, semillas, mulas, caballos, aceite, manteca, miel, gallinas” poniendo un reglamento para su introducción, y  establecer un viceconsulado en Máscara[37].

       En este caso,  y también por razones desconocidas, este enviado inventaba cualquier pretexto para no abordar este asunto con las autoridades argelinas. El mismo  Cónsul español M. de Las Heras se extrañó ante tal actitud, afirmando de que: “si  hubiera tenido esta comisión habría conseguido la carta del Dey para el Bey de Máscara y estaría entablada esta negociación”[38]. Esta doble conducta de Expilly era la razón principal de su expulsión de la capital argelina, el día26 de febrero de 1787.

       Otro incidente inesperado relativo al comercio entre los dos países  – que se produjo  a raíz de la queja de un mercante argelino  que se vio obligado a pagar en el puerto de Cádiz el 10% en concepto de derecho de extracción de moneda  sobre el  precio de venta de una partida de trigo en el mes de marzo de 1787-  había puesto al descubierto, tras  la consulta del Tratado de paz,  la existencia de alteraciones o discrepancias en algunos de los artículos del Tratado de paz  en sus traducciones del  Osmanlí al español, principalmente el artículo XX relativo a Oran y Marzalquivir, que revelan los engaños y mala fe del Conde de Expilly  en sus gestiones en Argel .

      Así pues, una vez extraído el texto del Tratado de paz y comprobadas las dos versiones, se dio cuenta el cónsul general español de que la traducción de  unos de sus principales artículos, del turco al español, no reflejaba exactamente lo que se ha convenido y concluido realmente entre las dos partes. Por  ejemplo el artículo XX del texto turco estipula lo siguiente:

       “La plaza de Orán quedará sin comunicación por mar y por tierra. Pero por la parte del mar no se podrá hacer esclavo alguno, musulmán ni cristiano, y por la parte de tierra quedará como antes, y todo el que se hallara fuera de la plaza será hecho esclavo, sea de una u otra nación. La referida plaza está a disposición del Bey y si éste la fuese a hacer alguna hostilidad y murieran algunos de una u otra parte, no por eso dejaremos de estar en paz”     

     El artículo XX  del texto español estipula lo siguiente: “La plaza de Orán y sus fortalezas y la plaza de Mazalquivir, quedarán como antes sin comunicación por tierra con el campo de los moros, el Dey de Argel no les atacará jamás y el Bey de Máscara no lo puede hacer sin su orden; pero como éste manda aquella provincia despóticamente, el magnífico Dey de Argel aprobará a quién tiene mandado de vigilar e impedir que las plazas y fortalezas españolas sean molestadas; y si los moros, rebeldes, vagabundos e indómitos cometiesen algún insulto, no por esto podrá turbarse de modo alguno la buena armonía que se ha establecido, pero los Cristianos no estarán seguros fuera del tiro de cañón”[39].

      A primera vista y en una primera lectura de estos dos fragmentos, se dieron cuenta que la idea fundamental del artículo ha sido trucada. El texto turco da pleno poder al bey para atacar la plaza, mientras el texto español se lo quita, estipulando que el bey “no puede hacer nada sin su orden (del dey)”. Valiéndose de estas discrepancias, y también de otras diferencias observadas en otros artículos de este Tratado, el dey de Argel escribió una carta al rey Carlos III, para informarle de las  falsedades de la traducción, y desde luego de los engaños de Expilly,  y también de la  corrección de los artículos VII, XX y XXV del Tratado de paz[40].

        Efectivamente, una investigación posterior,  llevada a cabo por una comisión del Tribunal de la Contaduría Mayorde Cuentas de S. M., ha permitido descubrir muchos agujeros en las cuentas de Expilly que nunca fueron justificadas ni por él ni por el conde de Floridablanca. Estamos ante un gran enigma[41]. Para aclarar este punto es imprescindible otras investigaciones en la Sección de Hacienda del Archivo Histórico Nacional de Madrid y del Archivo General de Simancas.   

 

3.4 Fracaso de las  tentativas de buena vecindad del gobernador del Orán con el Bey de Mascará:

       Todas las gestiones posteriores  del nuevo Cónsul M. de las Heras y su vicecónsul M. de Larrea  que tenían por objeto de modificar las referidas cláusulas  del artículo XX del Tratado de paz  fracasaron ante la obstinación de Argel. Ante tal situación se dieron  instrucciones precisas al cónsul para no evocar más este asunto con el dey de Argel[42]. Pero al mismo tiempo, al gobernador de Orán, Basilio Gascón,  se le dieron nuevas instrucciones para establecer una política de buena vecindad con el fin de crear un clima de confianza con el bey Mohammed El Kebir de Máscara y con toda la zona fronteriza. Así pues, a partir de 1787 se mostró dispuesto a  acceder a varias solicitudes de este bey, como por ejemplo  lo de liberar a algunos cautivos argelinos; lo de prohibir  a los soldados españoles y a la compañía de los mogataces salir de Orán, lo de permitir a algunos “moros de paz” visitar a sus familias; y  a los “moros de guerra”  de vender sus productos en las puertas de la plaza de Orán[43], hasta el punto de facilitar al bey  todos los trámites para vender sus granos a la Compañía Goyeneche, Rigal y Urrutia[44].

        Por consideraciones políticas y estratégicas,  este acercamiento del gobernador de Orán al Bey Mohammed El Kebir, fue mal visto por Argel. Efectivamente, al enterarse el dey de la llegada a Arceo, a principios del mes de julio de 1790, de una embarcación de la Compañía Goyeneche, Rigal y Urrutia para cargar granos, sin el permiso de Argel, se ordenó al bey de Máscara no tratar por sí solo con dicha compañía. A este propósito el Cónsul general español M. de las Heras recomendó  a su gobierno cortar este tipo de relaciones porque según él “la Regencia no permite a ningún Bey que haga trato alguno por si; y como es desconfiado, no quiere que ceda en este particular, por temor a que el Bey de Máscara, de inteligencia con nosotros fragüe alguna resolución para sacudir el yugo”. Añade diciendo”cuando más insistamos en esta pretensión, tanto más se obstinará este Pachá en acordarla”[45].

 

       3.5. Reanudación  de  los ataques del bey y sus consecuencias políticas[46]:

            Inmediatamente después del terremoto de Orán de octubre de 1790 [47] España no pensaba en abandonar las dos plazas – como suele afirmarse – sino defenderse frente a eventuales incursiones de las tropas del bey. Esto quiere decir que España, por cuestión de honor y de dignidad,  no quería ceder a sus posesiones en tal situación. A este propósito acudieron al puerto de Orán seis navíos, varias fragatas, bergantines, lanchas de auxilios, cañoneras y bombarderas de la Real Armada[48]. Ante tal armamento el bey de Máscara,  apoyado por los ingleses de Gibraltar y estimulado por una movilización de 30.000 hombres,  determinó recuperar dicha plaza por las armas.

       Así pues, se reanudaron las hostilidades con una amplia escalada militar de ambas partes.  Sobre este combate el historiador español T. García Figueras afirma y reconoce que “el Bey había sido tenaz y había luchado sin descanso para recuperar la plaza” considerando  que era la única figura política y militar apreciada por la población argelina, hasta el punto que el dey sintiera algún recelo “temeroso que suscitara en Berbería un nuevo Barbarroja a quien la vanidad de su poder lo llevase a sentir veleidades de independencia”[49].

 

     3.6 Vacilaciones de Madrid ante la presión política y militar argelina:

 

        Preocupado e impresionado por  lo que pudiera  originar esta escalada militar, el gobierno de Madrid puso todo su empeño diplomático para entrar en negociaciones con la Regenciade Argel, adoptando la propuesta del cónsul general  de España en Argel de restituir la plaza de Orán  y  conservar Marzalquivir, con el propósito de sacar algunas ventajas comerciales para España”[50], considerando que ““desembarazada la España de Orán, la paz con los argelinos será más sólida y duradera[51].  Desgraciadamente, esta cesión parcial fue rotundamente rehusada por  la parte argelina[52], lo que va a complicar aún más tal asunto.

       Ante tal situación tan embarazosa, era dificilísimo para el Secretario del Estado español tomar por si solo una decisión a favor de los argelinos, en detrimento de los intereses de España. Finalmente, se vio obligado a compartir tal responsabilidad histórica con otra institución al someter esta cuestión  a los Consejos Supremos de Castilla y Guerra”, para debatirla, mientras solicitaba del dey argelino una suspensión de las hostilidades. Tregua de un mes fue acordada por el dey de Argel, a partir de 20 de marzo de 1791 [53]. Tiempo insuficiente para llevar a cabo una serie de consultas  con los referidos consejos. Tenía  una  margen de maniobras muy reducida que no le permitía tomar una resolución tan importante como ésta, sobre todo con respecto a la opinión pública que estaba esperando un castigo de las fuerzas españolas, por lo que había hecho el bey de Máscara los días inmediatos al terremoto. Además de esto, se recelaba en Madrid de que si España abandonara estas plazas, el bey abusaría aún más de la paz marítima, utilizando los puertos de Orán y de Mazalquivir como puntos de salida de los corsarios argelinos.

          Una vez terminado el tiempo de la tregua sin que España tomase una resolución definitiva,  el bey Mohammed El Kebir empezó a hacer la presión militar en la zona. Cosa que obligó al gobierno español reaccionar con las armas”[54].

         Así pues, por segunda vez se reanudaron las hostilidades a partir de 4 de mayo de 1791. Del lado español llegaron a Orán nuevos refuerzos militares, tanto terrestres como navales, procedentes de Cartagena. Del lado  argelino, el bey de Máscara  recibió en el puerto de Arceo dos embarcaciones inglesas, cargadas con cañones, morteros y otras municiones. [55]. En Argel toda la gente estaba  a la expectativa de esta expedición, “porque el Dey teme que  se murmure que por su interés personal ha dejado perder una conquista tan gloriosa para los Mahometanos”[56]. El día 4 de junio de 1791, las tropas del bey rompieron el fuego, y eran las tropas españolas que obtuvieron un indiscutible triunfo[57]. En la segunda manga, precisamente el  29 de junio, el Bey atacó de nuevo Orán. La situación era muy crítica para los tropas españolas, confirmada  por M. de Larrea cuando dice: “no viene ningún  correo del campo del Bey que traiga alguna triste noticia  para nosotros[58].

          La elección del nuevo dey Hasán Pajá – ex-Jasnachi o Primer ministro y amigo de España –  tras el fallecimiento del dey Mohammed Otmán Pajá, el día12 de julio de 1791, contribuyó a establecer una tregua que permitió al gobierno español proseguir su consulta también con el Consejo de Guerra, y la Junta de Estado cuyos dictámenes se resumían en dos puntos esenciales:

1 Primero, el reconocimiento de que “ era más dañosa que útil a la Monarquía la posesión de Orán y Mazalquivir,” con el supuesto de que se evitaría la deserción de las  tropas ”. 

2 Segundo, lo gravoso para el Estado de la reconstrucción de Orán, que suponía unos gastos considerables.

Finalmente, apoyándose sobre el informe de J. de Vallejo todos se mostraron partidarios del abandono, creyendo conveniente  cederlas por negociación.  

 

   3.7 La Convención de Orán  de 1791:

       Basándose sobre estos dictámenes[59], se ordenó a M. de Larrea volver a negociar con el dey de Argel sobre el abandono de Orán y Marzalquivir, demoliendo antes sus Castillos y obligando a los argelinos a no fortificarlos[60]. Propuesta rechazada por el dey. Finalmente después de un mes de difíciles negociaciones, las dos partes llegaron a firmar una convención el 12 de septiembre de 1791 que constaba nueve artículos cuyo  contenido giraba en torno a:

  1  al abandono libre y voluntario de las plazas de Orán y Mazalquivir por parte del rey Carlos IV.

  2 a la destrucción de todos los fuertes levantados después de la reconquista en1732, ala retirada del material militar, a excepción de los cañones y morteros, que voluntariamente se regalan al dey.

   3 al establecimiento de almacenes y una casa comercial española en Marzalquivir.

   4 al derecho exclusivo a esta casa comercial de comprar, de extraer  todos los granos, ganado, cera, cuero, lana y frutos, sin que pudiera ningún otro comerciante de otro país  hacer allí ningún comercio.

  5 a la conveniencia de pagar los derechos de extracción exclusiva de productos agrícolas y animales, cuyo derecho de extracción  era fijado al equivalente de 1.000 zequíes argelinos mensuales.

  6 al referido derecho de extracción de diez mil medidas de trigo al precio local, que será de 608 reales la medida., como recompensa del bey que debería vender a España todos los años

  7 a la anulación del artículo XXII del Tratado de paz de 1786 que prohibía entrar sin permiso en los puertos argelinos a las embarcaciones españolas o sea que puedan ir a todos los puertos libremente para hacer su comercio.

  8 al tiempo de la evacuación de las dos plazas para que no se contraviniera a lo estipulado.

 9 al no molestar, ni causar ningún agravio ni maltrato a los comerciantes españoles, sin motivo jurídico 

        Así pues, después de un plazo de cinco meses, concretamente el12 de febrero de 1792 tuvo lugar la evacuación de las dos plazas y el 27 del mismo el bey Mohammed El Kebir entró triunfalmente en Orán. Esta liberación de estas dos plazas fue considerada en el mundo musulmán como un triunfo del Islam sobrela Cristiandaden que se envió al sultán Selim de Constantinopla una llave de oro  guarnecida de piedras preciosas..

       Del lado español, no se permitía que llegasen a la opinión pública muchas explicaciones sobre este suceso, ni menos que formase juicios suficientes para producir indignación  apasionada, como ocurrió en la recuperación de 1708. Creó un ambiente favorable para acallar comentarios y sofocar protestas. Por ello, ordenó para no llevar al periódico oficial la Gaceta el texto dela Convención ni noticia oficial de la evacuación de estas dos plazas.   

       Para concluir esta comunicación, prefiero citar las palabras del conde de Floridablanca que dice en su “Testamento político“:

 

    “Y a no es necesario tratar ahora de los disgustos y gastos que ocurrieron con esta Regencia, por la conducta de los encargados de ella. Lo cierto es que no se ha creído conveniente conservarla por cuantos medios se ha podido, porque de esta paz depende la seguridad de nuestras costas y comercio del Mediterráneo…” 

 

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[1] J.Cazenave a. (1922) : « Les présides espagnols d´Afrique. Leur organisation au XVIII e siécle », Revue Africaine, , pp.225-269/469-488 /b. (1928) : « Organisation militaire d´Oran pendant l´occupation espagnole (1505-1792) », R.A., , pp.326-338./c. (1930) : « Les gouverneurs d´Oran pendant l´occupation espagnole de cette ville (1505-1792), R.A., , pp.257-300./d. (1930) : « Histoire d´Oran par le marquis Tabalosos », BSGO,  t.51, pp. 117-154, 280-332. / e. (1923) : « Le tremblement de terre de 1790 et ses conséquences politiques », L´Afrique Latine, Argel, pp.243-262. 

[2] Vid. G. Didier a. (1927) : Histoire d´Oran,L.Fouque, t.II (1500-1550),Orán / b. (1929), t. III (1551-1600).  /Henri León Fey (1958) : Histoire d´Oran, Ed. A. Perrier, Orán.

[3] Adrien Berbrugger :(1868)“Reprise d´Oran par les espagnols en 1732”, R.A., t.8, , pp.12-18./ Marcel Bodin a. (1931): «La reprise d´Oran par les Espagnols en 1732 », BSGO, , pp.231.246./ b . (1923) : « Note sur l´origine du nom Mogataces, donné par les Espagnols á certains de leurs auxiliaires indigènes pendant leur occupation d´Oran », BSGO, , pp.243-248.

[4] C. Kehl (1942) : « Oran et l´Oranie avant l´occupation française », BSGO, pp.26-38.    

[5] Robert Ricard (1936) : Le probléme de l´occupation restreinte dans l´Afrique du Nord, (XV-XVIe S.), A. Colin, París.

[6] M. Conrotte (1909): España y los países musulmanes  durante el ministerio del conde Floridablanca,   Madrid.

  T. García Figueras (1943): Presencia de España en Berbería central y oriental (Tremecén, Argel, Túnez, y Trípoli), Madrid. / J. M. Areilza, F. M. Castiella (s.f): Reivindicaciones de España, Madrid, / Enrique Arques Fernández (1966): Las adelantadas de España. Las plazas españolas del litoral africano del Mediterráneo, Madrid, CSIC / L.Galinda y Vera a.(1882): “Conquistas de los españoles en África. Orán y Mazalquivir”, Revista Hispano-americana,t.IV,pp.215-227/b.(1885) t.VII, pp.161-171, 594-604/c.(1886) t. VIII, pp.217-223./d.(1884):Intereses legítimos y permanentes que tiene España en las costas de África y deberes que la civilización la impone respecto a aquel país, Madrid, Imp. Manuel Tello, 483p. / Eugenio Alonso y Sanjurjo (1881): “Apuntes sobre el abandono de la plaza d Orán y Mazalquivir”, Revista de España, Madrid, pp.21-29./ C. Ximénez  Sandoval, (1867), Las inscripciones.  Orán y Mazalquivir, desde la conquista hasta el abandono de 1792, R. Vicente, Madrid,.

[7] F.de Zavala (1885): la bandera española en Argelia, Anales históricos de la dominación española en Argelia (1500-1791), Argel, 3 vols.

[8] Los más destacados son los de:

– Miguel Angel Bunes Ibarra a. (1989): La imagen de los musulmanes y del Norte de África en la España de jlos siglos XVI y XVII.Los caracteres de una hostilidad. Madrid, CSIC/ b. (1985): “La conquista del Norte de África y el descubrimiento de América: dos empresas paralelas en el siglo XVI” ,Revista de Indias, XIV, n°175, pp.225-235./ c. (1987):  “La vida en los presidios del Norte de África”, Actas del Coloquio Relaciones de la Península Ibérica con el Maghreb (siglos XIII-XVI), Madrid,  pp.561-590.

– Emilio Sola Castaño(1988): Un Mediterráneo de piratas, corsarios,renegados y cautivos,Madrid, Tecnos,. /  b. (1993): Argelia entre el desierto y el mar, Madrid, Mapfre) / c.  José Francisco de la Peña (1995): Cervantés y la Berbería .Madrid, FCE.

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– Juan Bautista  Vilar a.(1970): España en Argelia en el siglo XIX, IEA., Madrid/ b.M.de Epalza (1970): planos y mapas hispánicos de Argelia,siglos XVI-XVIII, Instituto Hisapno-Árabe de Cultura, Madrid,./ c,(1988) , “la judería de Orán en el siglo XVII”  Mg ,Caracas, n° 25, pp.234-242./ J. A. Sánchez Belén (1992): La expulsión de los judíos de Orán de 1669, Madrid,Espacio, Tiempo y Forma

– Ramón Lourido(1993): Relaciones entre España y el Magreb, siglos XVII-XVII, Madrid,  Mapfre.

– Beatriz Alonso Acero(2000):Orán-Mazalquivir, 1589-1639. Una sociedad española en la frontera de Berbería, CSIC., Madrid.

[9] Los más destacados: G. Sánchez Doncel (1991) : Presencia de España en Orán (1509-1792), Toledo, Estudio Teológico de San Ildefonso, / Eloy Martín Corrales: “ El comercio de Barcelona con el Mediterráneo musulmán (1982-1808)”, Pedralbes,1986, pp.25-39.

[10] A.Tewfik el Madani(1968): Harb thal?tha mi-a sana ba?na al-Yaz?ir ma Isb?naya (1492-1792), SNED,Argel ( Guerra de los trescientos años entre Argelia y España (1492-1792)).

[11] Por lo  que se refiere a Orán y el Oranesado se puede citar algunas iniciativas personales de Cheikh el Mahdi (1978): Bouabdeli, Dalil toghr el djumani fi ibtissam atoghr el wahrani  li  Mohammed ben Youcef Al djazairi, SNED, Argel, o de Yahia Bouaziz (1990): Tulu saad-as. so oud del agha IsmailIbn auda Al mazari, Dar el Ghar, Orán, o reciente trabajo de  Mohammed Ghanem ( 2005) : Adajïb el-Asfar wa a-taif el-akhbar de Mohammed Ibn Ahmed Abu Ras El Nacer (Viajes extrkaordinarios y noticias agradables de Mohammed El Kebir), T.I, C.R.A.S.C., Oran.

[12]A. El-Kebir(1979): Documentación española sobre Argelia.Siete legajos del A.G. de Simancas sobre la expedición de Argel de 1775. D.E.A., Universidad de Orán,./ I.Terki-Hassaine (1980): Documentación española sobre Argelia .Ocho legajos del A.H.N. de Madrid sobre relaciones hispano-argelinas (1767-1799), D.E.A. , Universidad de Orán, 250 fols. / K. Araf(1982): Documentación español sobre Argelia. Seis legajos del A.H.N. de Madrid, D.E.A., Universidad de Orán, / N. Malki (1980):  Estudio bibliográfico sobre la Historia de Orán y su región bajo la dominación española (1505-1792),D.E.A, Universidad de Orán,

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 I. Terki. Hassaine (2005): Relaciones políticas y comerciales entre España y la Regencia de Argel (1700-1830), Tesis doctoral, Universidad de Orán, ,660  fols.

[13] Véase  I.Terki-Hassaine a. (1994) :“ Relations entre Alger et Constantinople sous  le  gouvernement  du  Dey Mohammedben  Othmane  Pacha (1766-1791),d’après  les sources espagnoles” ,O.T.A.M., Ankara, N°5, pp.181-192. / b.  (1997) : Tratado de paz hispano argelino de 1786.Circunstancias  que rodean su firma” . R. des Langues, N° especial, Oràn, pp.29-39./ c. (1998) :Discrepancias en la traducción del Tratado de paz hispano-argelino de1786”., Annales de l’Université D’Oran, N° especial, pp..85-109./d. (2004) : « Oran au XVIIIe siècle :Du désarroi á la clairvoyance politique de l`Espagne » Insaniyat, Orán, , pp.197-221/ e, (2005) : “Les captifs algériens en Espagne au XVIIIe siècle” C.R.AS.C., Orán, pp.37-48./ f.(2005) :  « Productions historiographiques espagnoles sur l`Algérie ottomane. C.R.A.S.C., Oràn, pp..87-101./g.(2005) :“Politique commerciale espagnole dans l´Algérie ottomane (1787-1830)”, C.R.A.S.C., Orán, pp..135-167.

[14] León Galinda y de Vera (1884) : Historia, vicisitudes y política tradicional de España respecto de sus posesiones en las costas de África, Ed. Manuel Tello, Madrid, p. 305.

[15] Ibid… p. 196.

[16] Archivo Histórico Nacional de Madrid/Estado/ 3616. Luís de las Casas al conde de Floridablanca. Orán a30 de julio de 1785, 6 fols.

[17] Ibid.  2040. D. Alejandro dela Motte a Campillo. Orán a21 de febrero de 1747, 8 fols.

[18] J. Vallejo, Relación de todas las obras de fortificaciones correspondientes a ello que se han ejecutado en la plaza de Orán, Mazalquivir y sus castillos , el día 1 de enero de 1734 hasta el presente (01/03/1738). Mto.de la Bib.  de El Escorial, Nº 232. Publicado por el Estado Mayor Central ,(1924), pp.127-142.

[19] Véase la correspondencia de los gobernadores de Orán de los años comprendidos entre 1740 y 1785, contenida en el L.2040/S.E./AHNM.

[20] AHNM. /Estado/ 2040. D. Juan Martín Zermeño al marqués dela Ensenada. Orán. A18 octubre de 1760, 2 fols.

[21]  Ibid…

[22] T. García Figueras, La presencia de España…op cit …pp.148-149.

[23] AHNM / S. E. / L. 2040 J. Basilio de Aramburu a Campillo. Orán a2 octubre de 1740, 4 fols.

[24] AHNM / S. E. /L. 3589. Autor anónimo al conde de Florid. Orán a31 de diciembre de 1787, 2 fols.

[25] C. Ximénez de Sandoval, Las inscripciones…op. cit… p.122.

[26] J. Vallejo, Relación de todas las obras…op. cit…

[27] Ibid…El mariscal de campo D. Eugenio de Alvarado Hurtado Saavedra y Martínez de Lerma (Marqués de Tabalosos ) al marqués de Grimaldi / Vid también J. Cazenave (1930) : “Histoire d´Oran par le marquis de Tabalosos”, B. S. G. O., Orán, pp.43-48. El padre del marqués de Tabalosos, llamado inicialmente  Eugenio de Alvarado Hurtado Saavedra y Martínez de Lerma, hombre que era tenido por muy ilustrado. Escribió también un informe titulado: “Discursos políticos y militares sobre el antiguo y moderno problema de si Orán y Mazalquivir son útiles o perjudiciales a la Monarquía de España”, en los cuales se mostraba decidido por sus conservaciones. Sobre este aspecto véase el trabajo de J. Caznave, op cit…

[28] A. Muriel : Historia de… op. cit…pp. 387-388.

[29] AHNM / Esatado/ 3612. J. de Mazarredo al conde de Floridablanca. Bahía de Argel a25 de junio de 1785, 6 fols.

[30] Ibid…El conde de Floridablanca a J. de Mazarredo. Aranjuez a 19 de julio de 1785, 1 fol., (1 mimuta).

[31] Ibíd… J. de Mazarredo al conde de Florid. Bahía de Argel a3 de agosto de 1785, 4 fols.

[32] Ibíd… J. de Mazarredo al conde de Expilly. Bahía de Argel a13 de agosto de 1785, 3 fols.

[33] Ibíd… Argel a 25 de octubre de 1785, 3 fols.

[34] Ibíd…El conde de Florid. Al conde de Expilly. Madrid a7 de octubre de 1785, 1 fol, (1 minuta).

[35] Ibíd… L.3615. El rey Carlos III al dey Mohammed Othmán Pachá. Aranjuez a28 de abril de 1786, 1 fol. (1 minuta).

[36] Ibid..,L.3588, Correspondencia Expilly (1785-1787).

[37] Ibíd…L.3617. M. de las Heras al conde de Florid. Argel a12 febrero de 1787, 8 fols

[38] Ibid …

[39] Ibid… Argel a 28 de abril de 1787, 8 fols.

[40] Ibíd… L. 3615. El dey Mohammed Otmán Pachá al rey Carlos III. Argel a 28 de abril de 1787. Carta original, redactada en turco (véase Apéndice documental). Carta traducida al español por Pascual Stefani.

[41] Ibid…L.3603. Cuentas del conde de Expilly (1785-1789).

[42] Ibíd… L. 3617. El conde de Florid a M. de las Heras. Madrid a18 de mayo de 1789, 1 fol (1 minuta).

[43] Ibíd…L. 2040. Relaciones mensuales de B. Gascón al conde de Floridablanca, de marzo a julio de 1790.

[44] Ibíd… El bey de Máscara Mohammed El Kebir al gobernador de Orán B.Gascón. Máscara a22 de marzo de 1790 (carta redactada en árabe acompañada de su traducción al francés). / Respuesta de B. Gascón. Orán a28 de marzo de 1790 (copia) / Respuesta del bey. Máscara a5 de abril de 1790 / Respuesta de B. Gascón al bey. Orán a15 de abril de 1790 (copia).

[45] Ibíd… Argel a18 de julio de 1790, 4 fols.

[46] A este propósito hay que ver también el punto de vista de J. Cazenave. “Le tremblement de terre…” op. cit.

[47] En la noche del 8 al 9 de octubre de 1790, 20 sacudida sucesivas de intenso terremoto destruyeron a Orán, sepultando entre sus ruinas buena parte de sus habitantes, entre ellos el comandante general Luís Gascón. Según los datos facilitados por el gobernador interino – AHNM/Estado/2040 –  Cumbre de Hermosa al conde de Floridablanca. Orán a 14 de octubre de 1790, 6 fols.)el número de muertos era 664. Pero, A.Muriel (1893: Historia de Carlos IV, Madrid –  eleva el número de muertos a más de 2.000, sin citar sus fuentes. Sobre este suceso natural, véase J. Cazenave : “Le tremblement de terre…” op-cit. / N.Malki (1984) : « Le tremblement d terre d´Oran d´octobre 1790 et les tentatives du bey de Máscara pour la libération de cette ville, d´aprés les Archices Historiques Nationales de Madrid », Archives Nationales, N°10, Argel, , pp.134-139.

[48] Ibíd…L. 2040. Pedro Antran a Pedro Valdés. Orán a bordo del navío San Vicente a22 de noviembre de 1790, 2 fols.

[49] T. G. Figueras : Presencia de España.   ..op. cit.  p. 279.

[50] Ibíd…L. 3617. El conde de Florid a M. de Larrea. Madrid a10 de febrero de 1791, 1 fol. (1 minuta).

[51] Ibíd…M. de las Heras al conde de Florid. Madrid a12 de febrero de 1791, 4 fols.

[52] Ibíd…L. 3602. El conde de Florid. a M. de Larrea. Madrid a15 de febrero de 1791, 1 fol (1 minuta).

[53] Ibíd… M. de Larrea al conde de Florid. Argel a22 de marzo de 1791, 3 fols.

[54] Ibíd…L.3617. M. de las Heras al conde de Florid. Madrid a29 de abril de 1791, 3 fols.

[55] Ibíd…L.3602. M. de Larrea al conde de Florid. Argel a10 de mayo de 1791, 2 fols.

[56] Ibíd…

[57] Ibíd…L. 3616. J. Courten al conde de  Floridablanca. Orán a8 de junio de 1791. Diario del mes de junio.

[58] Ibíd…L. 3602  M. de Larrea al conde de Florid. Argel a6 de julio de 1791, 2 fols.

[59] Los fundamentos que motivaron el abandono de las dos plazas por el rey Carlos IV, se halla en su Real Cédula de 4 de enero de 1792, por lo que se mandaba guardar y cumplir el Real Decreto (.A. N. N. M. / S. E. / L. 2040. Real Cédula dada en Madrid  a 4 de enero de 1792.).

[60] Ibíd…El conde de Floridablanca a M. de Larrea. Madrid a3 de agosto de 1791, 1 fol. (1 minuta).