I.13.11 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Belén. La batalla de Senaquerib y el profeta Habacuc.

I.13.11 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Belén. La batalla de Senaquerib y el profeta Habacuc.
El baño de Betsabé

El baño de Betsabé

La entrega anterior (I.13.10) finaliza con la crítica del Señor della Valle al sospechoso milagro del Fuego Sagrado del Santo Sepulcro, que él considera una farsa orquestada por los monjes greco-ortodoxos para ganar adeptos, y los turcos para sacar ganancias de la multitud que se congrega esos días en Jerusalén.- “… (I.13.10) “… A fin de cuentas, por lo que respecta a este milagro, con el que este pueblo anda cegado, yo he concluido que es falso, y sin duda debemos tenerlo por tal; además no es creíble que Dios esté más del lado de los Cismáticos que del de los Católicos; aunque hay que reconocer que todo está tan bien orquestado, que allí se puede engañar a cualquier hombre de fe; pero, al no existir más que esta pequeña puerta de la Capilla cerrada, no cabe duda de que esos artificios son una evidente muestra de impostura…”
(I.13.11) “… El lunes, dos de abril, día de mi nacimiento, pensé que sería buena cosa acercarme hasta Belén, en donde Nuestro Señor se dignó venir al mundo; además, como al día siguiente o al otro la caravana debía partir hacia Hebrón, en cuyo camino quedaba Belén, yo podría ganar tiempo, sustrayéndome así de una jornada fatigosa. Así que me marché a Belén, y en el camino tuve la oportunidad de ver aún algunos lugares santos, aunque menores, dignos de vuestro interés.
Al salir por la Puerta de Rama o de David, torciendo a mano izquierda a lo largo de las murallas, y tras caminar un trecho junto al Monte Sión, lo primero que me encontré fue un gran estanque conocido como la Piscina de Betsabé porque dicen que allí estuvo su casa. Yo no creo que David la viera desnuda cuando se bañaba en ese estanque, pues habría estado demasiado expuesta a la vista de todos, y aunque bien es cierto que en aquellos tiempos la alberca no estaba oculta entre murallas, lo más probable es que ese baño se produjera en otro lugar bastante próximo a éste, aunque algo más resguardado. En fin, lo que no cabe duda es que Betsabé se lavó en esas aguas, y que David la pudo haber visto en ese momento, porque desde cualquier lugar de su casa por el que se paseara, a menos que hubiera estado encerrada en su habitación, no habría podido sustraerse a los ojos de la gente del palacio real, construido sobre el Monte Sión, y desde donde se dominaba toda su morada…”

 El texto completo de esta entrega en el siguiente enlace:

I.13.11 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Belén y el profeta Habacuc

Ficha Técnica

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